Capitulo 20 ☆

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Maratón 3/3

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Maratón 3/3

Keily

Estoy muy concentrada en algunos archivos que debía organizar en la oficina de mi jefa, ya que a partir de la próximas semanas comenzamos a remover todo lo que se encuentra en el sótano, es decir, el gran archivo, por eso decidí ponerme a extraer lo que necesito de aquí y así cuando me toque bajar que serán dos días a la semana durante un buen tiempo no se me junten ambas cosas.

Después de un rato mi celular emite un sonido característico de que está entrando una llamada y procedo a contestar sin ver el identificador:

— ¿Si? Hola.

— Hola, niñita del demonio — dice aquella voz y de inmediato me paralizó como estatua en mi lugar y  trago grueso, podría jurar que mis mejillas están color fresa. — ¿Te sorprende mi llamada?

Niñita del demonio, eso me agrada.

— Ho... Hola Señor... — el corazón ne golpea con violencia y no encuentro la conexión existente entre mi voz y mi cerebro, él carraspea del otro lado de la línea al notar que lo llamé señor y sonrío trayéndome de vuelta a la realidad, pudiendo encontrar los hilos de mi voz hablo — hola, Marcelo, la
verdad es que no esperaba tu llamada.

Escucho su risa roca del otro lado de la línea.

— Solo te llamé para ver si aceptas ir al cine un día cualquiera de la semana que viene, puesto que los demás días estaré ocupado.

— Lamento mucho quedarle mal a mi nuevo amigo, pero esta semana la tengo complicada, tengo compromisos que no puedo posponer, – no dice nada – es una semana apretada y son varios los pendientes que lamentablemente no puedo dejar de lado, Marcelo.

Pasan unos cuantos segundos y cuando creo que ha terminado la llamada suelta.

— Será en otra ocasión, niñita, pero no podemos prolongar mucho esa salida, quiero ver tu cara cuando sepas la película que veremos — suelto una pequeña carcajada – me gusta escuchar como ríes, Keily — me sonrojo y gracias a Dios que nadie me está viendo. — puedo asegurar que ahora mismo estás sonrojada.

Bingo.

— No estoy sonrojada — escucho una pequeña risa ronca del otro lado.

— No seas mentirosa, niñita.

Sonrío.

— Gracias, Marcelo — hablo cortando de tajo, el tema de mi sonrojación y agradezco el gesto de que se alegra escucharme sonreír —  espero que estés bien y puedas cumplir con tus compromisos.

— Gracias, espero que tu también puedas cumplir exitosamente con los tuyos.

— Gracias.

La propuesta de ir al cine con el rubio que se encuentra del otro lado de la línea sigue siendo muy tentadora para mi, sigue dando vueltas en mi cabeza, es por eso que no me sorprende lo que sale de mi boca.

Mi PERDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora