≪•◦ ❈◇Capítulo 63◇❈ ◦•≫

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Estoy en la constructora, hace un poco más de una hora que he llegado, estuve de viaje por muchos días por cuestiones de trabajo

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Estoy en la constructora, hace un poco más de una hora que he llegado, estuve de viaje por muchos días por cuestiones de trabajo. Mi intención era venir a la empresa el día de mañana, pero me resultó imposible, puesto que debía traer unos documentos con urgencia y debía firmar otros. En fin, el deber llama.

— Señor — llamó, Lucy mi atención, sin embargo, mantengo la mirada en los papeles —. El señor Saldívar estuvo por aquí en varias ocasiones, dijo que necesitaba hablar con usted — doy un asentimiento sin mirarla mientras leo y firmo unos documentos —. También llamó el ingeniero Steve Torres, dijo que Alicia se había puesto en contacto con él y necesita agendar una cita para no antes de veintiún días.

—Comunícate con Steve y agenda para dentro de quince días o antes, por favor. No puedo esperar tanto, es posible que tenga que viajar a Francia por cinco días y debo supervisar un proyecto en Cancún —aclaré, pues tengo muchos pendientes en estos días —. Tengo la agenda muy apretada en las próximas semanas, Lucy.

—Si, señor.

—En cuanto a Javier Saldívar, me encargo de ello en True Style.

—¿Algo más, señor?

—No estoy para nadie, me iré en unos minutos.

—Si no hay otro pendiente, me retiro. Con su permiso.

—Propio.

Unos minutos después, recojo el maletín y la chaqueta de mi traje, voy hacia la otra empresa. De camino, me comunico con Cristian para decirle que nos veremos pronto y que tenia muchas cosas que contarle.

Ya en True Style, aparco mi auto en la parte frontal y vuelvo a intentar llamar a Keily sin éxito. Camino entre las personas que circulaban por las aceras con mi teléfono pegado al oído, preguntándome donde estaba mi pelinegra favorita.

Unos segundos transcurrieron, cuando de repente, levanto a la vista y la veo, se encontraba a una distancia prudente de donde estoy, pero la reconocería a kilómetros, frunzo mi ceño, su expresión corporal indica que está enojada y, efectivamente, discute con alguien que no logro identificar de inmediato, ya que el flujo de gente no me lo permite.

Acelero un poco mis pasos, sin perderla de vista y me doy cuenta que va a cruzar la calle, no sin antes cerciorarse de que podía hacerlo. Es entonces cuando pasa... Cuando Keily, comienza a cruzar, todo sucede en cámara lenta.

Un auto arranca a toda velocidad con la intención de atropellarla. No supe en que momento comencé a correr en su dirección, pero estoy muy lejos para poder evitarlo.

—¡Keily...!

Escucho que gritan y sé que es la voz de Diego. Él sale corriendo porque ella se ha quedado estática en medio de la carretera.

Dios mío, no. Por favor, no...

Por primera vez en mi vida siento que corro con todo y no avanzo. Observo como Diego, llegó rápido y la empujó con su cuerpo pudiendo evitar que la arrollaran, sin embargo, el impacto fue tan fuerte que ambos cayeron bruscamente en el piso.

Mi PERDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora