Estoy en el centro de la ciudad, un poco retirado de True Style, me encuentro en un gran edificio de algunos treinta pisos, en verdad es muy alto, estamos aquí por cuestiones de trabajo. Mi jefa Natalia y yo estamos aquí con el propósito de ver uno de los departamentos de aquí, específicamente el veintisiete.
Entramos al lugar y es increíble lo espacioso que es, me encantan las dimensiones que tiene e inmediatamente, mi cabeza comienza a llenarse de ideas y si de mí dependiera ya tendría el diseño perfecto, ahora bien, si este fuera mío, puesto que en este caso, hay que tomar en cuenta los requerimientos del cliente.
— El cliente no debe tardar — habla Natalia, por mi parte solo me limito a observar a detalle el lugar. — espero que les guste los bocetos que le traemos porque de no ser así tendremos que diseñar.
¿Tendremos? pero si ella es la raíz de la flojera.
Sonrío ante lo que pienso.
— Ese es nuestro trabajo — me limito a decir, — quiero decir, su trabajo, puesto que solo soy su asistente.
— Me da gusto que conozcas tu lugar, te recomiendo que te limítates a realizar tu trabajo, Keily.
— Eso hago, señorita Lombardi, conozco perfectamente mi lugar, siempre he tenido los pies aterrizados en la tierra.
Restando importancia a todo lo que mi jefa diga y haga, Tomo mi iPad en mano, mientras a través de una aplicación sistemática puedo diseñar rápidamente con la facilidad de escaneo del lugar, aunque me encanta hacerlo a mano.
Tengo varios diseños hecho a mano e incluso tengo una carpeta o portafolios con ideas que se me ocurren cada vez que veo un espacio con el que se pueda hacer maravillas, también tengo otros diseños en el iPad personal y esa es la que estoy usando en estos momentos, puesto que el cliente aun no llega y tengo unos minutos antes de usar el equipo de trabajo.
Cada vez que tengo la oportunidad de diseñar lo hago porque si algún día llega el momento de mostrar mis creaciones y mi trabajo le llega a interesar a alguna agencia o algo por estilo estaré lista para trabajar de lleno en mi carrera, en lo que me preparé y que tanto me costó.
Ha pasado más de media hora y la persona que debería llegar aun no lo ha hecho, estoy muy concentrada en lo que hago, ya que mi función del día de hoy se limita a tomar anotaciones de los acuerdos en los que llegarían el cliente y mi jefa. Sonrío al ver los detalles que pongo en el diseño que estoy elaborando en mi iPad personal, estoy muy sumida en mis pensamientos hasta que una voz llama la atención del lugar.
— Buenos días — una mujer de pelo castaño ondulado que llegan un poco más debajo de sus hombros, ojos verdes y muy bonitos, entra al lugar, ella es alta y delgada, muy elegante — disculpen la tardanza, pero el tráfico a esta hora es horrible.
— Buenos días — habla mi superior inmediato — no se preocupe, estamos para lo que usted disponga.
En cuanto a mí, procedo a saludar con un asentimiento de cabeza y una pequeña sonrisa y la mujer, que aún no sé cómo se llama, me corresponde amablemente.
ESTÁS LEYENDO
Mi PERDICIÓN
RomanceKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...