Una sensación agradable invade todo mi cuerpo al sentirme presa en sus brazos. No sé cuando terminé en esta posición porque en este preciso instante, me encuentro, prácticamente sobre Marcelo, mi cabeza descansa sobre su pecho y mis piernas están en medio de las suyas. Me siento tan bien así que no quiero moverme, quisiera permanecer así todo el día, pero no puedo evitarlo, levanto mi cabeza y dirijo la mirada a su rostro, se encuentra con sus ojos cerrados, se ve tan tranquilo, tan sereno.Sonrío al ver su cabello rubio apuntando en distintas direcciones, me gusta mucho observarlo, cada una de sus facciones son fascinantes. Su pequeña barba, le hace ver tan masculino, guapo y todo lo que le sigue. Suelto un suspiro lento porque, bueno, como siempre, quiero devorarlo.
Muerdo mi labio inferior, al desplazar mi vista por su pecho desnudo y tengo la necesidad de ver sus abdominales, pero al estar sobre él, no puedo contemplarlas. ¡Qué lástima!
¡Qué barbaridad!
Vuelvo a mirar hacia su rostro y, de manera lenta para no despertarlo, llevo una de mis manos a su fina nariz, toco con las yemas de mis dedos cada una de sus facciones, paso por sus ojos que se encuentran cerrados, luego por su nariz, mandíbula... Es tan perfecto ante mis ojos.
Trago saliva al dar riendas sueltas a mis pensamientos y confirmar una vez más que estoy loca por él, me tiene totalmente embrujada, pero no es el aspecto físico sino su forma de ser y sus acciones, su forma de hablar, de reír, de actuar...
Estoy sumida en mis pensamientos, tocando las comisuras de sus labios cuando...
¡Demonios!
Se ha movido un poco, al parecer se está despertando. Inmediatamente y con cuidado, recuesto mi cabeza en su pecho y me hago la dormida, espero que el corazón no me delate, pues va a toda velocidad.
Se remueve con lentitud mientras suelta una respiración profunda, debe estar un poco incómodo por la posición en la que nos encontramos. Siento sus manos que aún permanecían rodeando mi cuerpo, se desplazan hacia la parte superior de mi espalda. Reparte besos en mi coronilla, es algo que me hace sonreír internamente, es muy tierno este hombre cuando le parece.
Me remuevo un poco y él se queda muy quieto.
— Sé que estas despierta — masculló con voz ronca. — No te hagas la dormida.
Maldición. Me ha descubierto.
Sigue fingiendo, Keilisita...
No me muevo, simplemente me quedo quieta con los ojos cerrados. Mientras tanto, siento como su pecho sube y baja, el muy idiota, se está riendo.
—Eres tan molesto desde temprano — susurro disque somnolienta para que crea —. No me dejas dormir.
Levanto mi rostro de su pecho para mirarlo de frente, pero apoyo mi mandíbula en el. Su cara es adornada por una hermosa sonrisa.
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Mi PERDICIÓN
Lãng mạnKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...