≪•◦ ❈ Capítulo 54.1 ❈ ◦•≫

245 23 513
                                    

Llegar a la fiesta de mi pequeño demonio y ver lo radiante que estaba, me a hecho pleno, su sonrisa y esa mirada cálida que me da me brinda la oportunidad de ir agrietando mis muros, ahora solo existimos ella y yo, no existe un ayer, ni un mañana,...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegar a la fiesta de mi pequeño demonio y ver lo radiante que estaba, me a hecho pleno, su sonrisa y esa mirada cálida que me da me brinda la oportunidad de ir agrietando mis muros, ahora solo existimos ella y yo, no existe un ayer, ni un mañana, solo un ahora mismo. No quiero pensar en nada más que no sea en compartir con la mujer que me hace sentir tanto, la única que a podido entrar después de tantos años.

Ahora mismo voy conduciendo la moto, ella va detrás, sosteniéndose fuerte de mi torso, se encuentra feliz, me lo dice su risa, su forma de hablar y de aferrarse a mi. Aumento la velocidad, después de minutos, cuando llegamos al Puerto Progreso donde tengo mi casa de verano, el aire se vuelve muy frío, pero la adrenalina nos hace olvidar de eso, siento como ella floja su agarre de mi y abre sus brazos al tiempo que la escucho gritar de felicidad, giro mi rostro con una sonrisa, ella se encuentra con sus brazos abiertos y la cabeza hacia atrás, se ve tan libre.

— ¡Esto es hermoso! – exclama plena, parece una niña pequeña, sonrío, mi niña pequeña, eso me llena de satisfacción. — ¡Bello, bello, bello!

— Vamos, nena, sostente bien, – hablo fuerte para que me pueda escuchar y ella vuelve a rodear sus brazos en mis caderas, disminuyo la velocidad para que ella pueda apreciar las luces de la carretera y demás. — ¿Te gusta lo que ves?

La siento sonreír a mis espaldas. — Me encanta muchísimo, cielo.

Sonrío.

— Me da gusto escuchar eso, niñita.

Ambos vamos apreciando cada espacio del puerto, de las casas y de más, luego de unos minutos, llegamos a la que es la entrada de mi casa en la playa, es muy hermosa y siempre me a gustado venir aquí, aunque Progreso no es unos de los lugares atrayentes para las personas que tienen posibilidades de invertir, para mi si que lo es, aquí encontré la oportunidad de comprar esta propiedad y hacer remodelaciones a mi gusto.

En Progreso Yucatán se encuentra la primera de las playas más cercanas a Mérida. Se ubica a tan solo 30 minutos de viaje en carretera, pues muchos aquí tienen sus casas de verano al igual que yo, además de que es uno de los lugares más frecuentados por su cercanía y es un lugar tranquilo, se come delicioso, sus playas son de arena clara y aguas con escaso oleaje, definitivamente, es un lugar digno de admirar en cualquier momento.

— Hemos llegado. – Hablo al tiempo que detengo la moto, bajo el soporte y quito mi casco protector.

Ella deshace su amarre y quita su casco, se desmonta de la moto y mira con emoción lo que tiene en frente, la casa frente al mar.

— Esto es precioso – Habla con la sonrisa más hermosa del mundo, contempla todo lo que puede como niña pequeña, bajo de la moto y me posiciono a su lado, mirando hacia el mismo punto que ella, el mar que nos queda de lado a unos cuantos metros de distancia. — No sabes lo feliz que me hace ver esto.

Sonrío al tiempo que la miro.

— No has visto nada, preciosa. – Hablo para ella y me mira con una sonrisa gigante, su pelo se encuentra un poco alborotado, quizás por el casco y el viento. — Vamos a dentro.

Mi PERDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora