Suelto un suspiro cansado mirando por la ventana de la habitación que estoy ocupado en el rancho de mi tío, es temprano aun, y ya me encuentro lista para ir a recorrer el campo a caballo y pasar un poco de tiempo con mi madre, ya que nuestro vuelo, contando con Elena, es en horario de la noche.Aún me siento mal por todo lo sucedido el día de ayer, fue duro enfrentar que aún hay personas que me juzgan sabiendo a la perfección todo lo que pasé, trago duramente, al darme cuenta que mi pasado aún pesa demasiado sobre mi espalda y tengo mucho temor porque personas a las que amo mucho y que aún no conocen de este, se alejen de mi al enterarse.
Mi familia sabe todo, puesto que somos muy unidos, mi madre y mi tío son inseparables como lo han podido notar y así también fue nuestra crianza, la de mi hermano y yo en conjunto con nuestros primos: Ivan, Fran Irene y la manzana de la discordia, Esther. No juzgo a nadie, no me gusta, tampoco quiero juzgar a Esther por todo lo que dijo a noche, pues sus palabras no son del todo mentira.
Esther es la mierda que toda familia debiera usar para abono de las plantas...
No digas eso conciencia.
Pero ella siempre a actuado así contigo, Keilisita, desde niñas...
Si, es verdad, desde que eramos pequeñas ha sido de esa manera, desde que nos enseñaban cualquier cosa ya sea montar o bailar, yo captaba un poco más rápido que los demás y los adultos celebraban esto diciendo lo genial e inteligente que era, entonces ella se molestaba.
Miro el imponente campo que se abre a través de mí ventana y suelto un suspiro lento al ver tan hermoso lugar, los trabajadores de mi tío haciendo su labor desde tempranas horas de la mañana e imagino que este será un largo día. Quiero irme, no me siento nada cómoda a sabiendas que he importunado a un miembro de la casa y me ha corrido sin más.
Siempre haz dicho que no tienes el chip del sentido de la vergüenza activado, Keilisita, así que te resbale lo que diga esa energúmeno de Esther...
No es tan fácil, conciencia...
Lo sé, pero eres Keilisita, mi Keilisita, tú puedes con esto...
Awww, conciencia, eres mi terroncito de azúcar, te amo...
Ya, ya Keilisita, no te pases...
Sonrío levemente.
Aun estoy muy triste y por tal razón, no he querido salir a disfrutar de esta hermosa mañana. Hablar con Marcelo me hizo muy bien, ese rubio tiene la capacidad de hacerme olvidar de mis problemas, de tan solo pensar en él, mi día se vuelve más colorido e incluso, ahora mismo, me encuentro sonriendo.
Es que Marcelo es todo lo que esta bien para nuestro corazón.
Mi ánimo no decayó por completo, saber que ya limé asperezas con mi hermano, me hace sentir mejor, no lo niego. Saber que mi madre está tan contenta por ese hecho me saca otra una sonrisa. Sé que fui egoísta con Jason, debí escucharlo antes, pero no estaba lista y era tan grande mi temor que no pensé en que él también no la tuvo fácil, que ha sufrido tanto o más que yo. Unos de mis temores era dejarlo pasar nuevamente a mi vida y que volviera a pasar algo en donde él tuviera que intervenir y desgraciarle la vida otra vez. Eran muchos mis miedos, era mucho mi egoísmo, pero como humanos que somos tenemos derecho a enmendarnos y tratar de hacer bien aquello que no estuvo correcto.
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Mi PERDICIÓN
RomansaKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...