Keily
Me despierto tras escuchar la alarma de mi reloj despertador y la verdad me dan ganas de lanzarlo por el balcón, solo pido cinco minutos, cinco minutos más ¿es mucho pedir?
Cuando estoy a punto de regresar al valle de los sueños, mi segundo despertador que pertenecía a mi madre vuelve a sonar y con mis ojos aún cerrados y debajo de mi cobija empiezo a tantear en la mesita de al lado de mi cama hacia donde creo que esta el sonido y no, el bendito aparato lo puse encima de otra mesa más alejada de mi cama con el objetivo de que no hiciera lo mismo que el primero, apagarlo y volver a dormir, resignada me pongo de pie y voy hacia el baño, hago mis necesidades, lavo mis dientes, entro a la regadera y después de un par de minutos estoy fuera, cuando estoy a punto a abrir mi pequeño closet el teléfono de la casa suena y me dirijo hacia donde esta.
— ¡¿Si?! ¡Buenos días! — hablo.
— Buenos días, Kei, ya veo que ya estas en pie de lucha, - es Elena quien habla muy emocionada.
— No quería despertar hoy, me acosté ya amaneciendo, puesto que estaba terminando lo poco que me faltaba del proyecto, solo tengo que unirlo y ya.
— Eso si te regresan el celular, amiga, — escucho como se le escapa una pequeña risita y yo ruedo los ojos. — estaré dentro de 45 minutos en el estacionamiento de tu edificio y allí te esperaré ¿De acuerdo?
— De acuerdo y muchas gracias por todo, amiga.
— No es nada, tonta, hablamos después — es lo ultimo que dice y termina la llamada.
Después de elegir mi ropa que consiste en una falda que sube hasta dos dedos de mis rodillas blancas con diseños de flores de color verdes y anaranjados, en la parte de arriba me coloque una blusa que va dentro de mi falda de color anaranjado, unas zapatillas de taco corrido color blanca, unas pulseras plateadas, unos aretes pequeños y suelto mi pelo quedando este ondulado, estoy más que lista para ir por el aparato que se a convertido en la misión más importante de mi vida entera, ya que de eso depende que me gradúe pronto.
Tomo mi bolso y comienzo a caminar hacia la salida dirigiéndome hacia el estacionamiento donde ya debe estar esperando Elena y efectivamente ahí la veo dentro de su coche con la cabeza apoyada en el volante y con sus ojos cerrados. Le doy un pequeño toque al cristal y ella abre los ojos procediendo a quitar el seguro del coche para dejarme entrar, la saludo con un abrazo mientras que ella me pregunta de que si me encuentro bien a lo que yo le respondo que sí.
— No se porque te siento un pongo tensa — dice Elena — debes estar tranquila, solo vas a ver al bombonazo y él te entregará lo que consideras tu vida, el celular.
Ruedo los ojos.
— Lo sé, pero no puedo evitar dejar de pensar de que iré a ver a Marcelo Sandoval quien es el hermano de mi ex y ambos trabajan en la misma empresa, no quiero malentendidos.
— En primer lugar — comienza Elena — no tienes que darle explicaciones al idiota de Diego, además, solo vas a buscar tu celular y después de eso puede que no vuelvas a ver al bombonazo ese, lástima ¿verdad? Y segundo, mi amigaza, deja de preocuparte por lo que piense o diga el idiota ese, ya valió, se fue de tu vida ¿no?
La miro con el ceño fruncido, ya que su ironía me causa desagrado, no digo nada y según mi amiga ya llegamos a nuestro destino, al frente tenemos un gran edificio muy elegante con las grandes letras que dice "Constructora Sandoval" es un lugar imponente al igual que los dueños, uno más que el otro, claro. Caminamos hacia el interior del lugar y escuchamos la voz de la recepcionista de entrada quien se pone a la orden de inmediato.
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Mi PERDICIÓN
RomanceKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...