Capitulo 37 ☆

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Ver a mi mejor amiga salir con ese pedazo de hombre rumbo a una cena que no tiene ni una pizca de intención de ser entre dos amigos como Keily lo quiere creer

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Ver a mi mejor amiga salir con ese pedazo de hombre rumbo a una cena que no tiene ni una pizca de intención de ser entre dos amigos como Keily lo quiere creer.

Esos dos están perdidos y aun no lo saben, todo con un poquito de ayuda puede ser que, sea lo que sea, que ellos sienten, explote de una buena vez.

¿Qué no haría yo por Keily?

Keily es un excelente ser humano, son tantas las cualidades que tiene que si comienzo a enumerarla en este momento no terminaría jamás, ella es tan importante para mi, que no hay nada que no haría por ella. Es por eso que me siento satisfecha con todo lo que he hecho en conjunto con Mi superman, para ver si esto dos terminan de darse cuenta que ambos están coladitos el uno por el otro.

Ver las miradas que se daban antes de salir de su departamento no tiene precedentes y la tensión sexual que existe entre ambos es trascendental y cualquiera que esté cerca de esos dos podría quedar fácilmente embarazado.

Ahora mismo estoy camino a mi departamento, me he quedado ahí por una temporada, ya que mi casa es muy grande para mi sola. Mis padres viven fuera en conjunto con mi hermano mayor quien ahora se encarga de los negocios de la familia. Hector, mi hermano, me lleva cuatro años, ahora tiene veintiséis, mi familia tiene diversos negocios y yo me encargo del diseño de las portadas de cualquier cosa que quieran lanzar al mercado, aunque eso no evita que haga ciertos trabajos fuera de mi horario laboral para generar una entrada extra de dinero que no cae nada mal.

Como si lo necesitarás...

Tienes razón, consciencia, no lo necesito, puesto que mi familia está muy bien económicamente y puede mantenerme de por vida, sin embargo, hay algo que se llama independencia y eso es lo que siento al ganar mi propio dinero y darme aquello que necesito, no es que rechace el dinero de mi familia, pero me gusta trabajar en mis diseños y por tal razón, saco provecho a eso que tanto amo.

Llego a mi edificio, me dirijo al ascensor para marcar el cuarto piso, no puedo evitar sonreír al pensar en la terca de Keily, debe estar volviéndose loca con ese hombre y él ni se diga, son muy terco los dos, pero creo que eso se está por ir a la misma mierda.

Llego al piso que me corresponde y camino hacia mi puerta rebuscando las llaves, al encontrarlas levanto la cabeza y mi corazón da un salto al ver aquel hombre parado en esta, con su cuerpo totalmente relajado y con ambas manos dentro de sus bolsillos, la verdad es que este hombre está bastante bueno.

— ¿Qué haces aquí? – cuestiono indiferente.

— Vine a verte...

— Ya me viste ¿no? – suelto. — Puedes largarte.

— Elena – habla en un tono cansado alargando la última sílaba.

— Cristian – suelto de la misma manera.

Mi PERDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora