Keily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...
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Verlo después de tanto tiempo a causado en mi interior sensaciones que ahora mismo no podría describir, ahora estoy sentada en la mesa del comedor rodeada de mi familia, la cual esta a la espera de cualquier movimiento que haga. En este instante, siento mi cuerpo paralizado y trato de dar órdenes a mi cerebro para que mis músculos se pongan en marcha, pero lamentablemente no puedo.
Quiero salir de aquí...
Esta tan guapo como siempre, no ha cambiado mucho, solo que esta más maduro que antes. Su pelo negro azabache y sus ojos avellanas como los de mamá, como los míos, me miran y trago grueso, mi corazón late tan fuerte que duele, duele tanto recordar.
- Debo salir de aquí - cuando las piernas reaccionan, me pongo de pie rápidamente y me dispongo a salir, pero la voz de mi madre me hace detener.
- ¡No, Keily! - mi madre esta enojada, esta dolida, trata de incorporarse. - No saldrás de aquí hasta que resolvamos esta situación.
La miro y mis ojos se cristalizan, sé que ella sufre con toda esta situación y me siento ser una mala hija, por que ahora mismo una lágrima corre por su mejilla, pero eso no me detendrá.
Trago saliva al recordar una vez más lo que tanto me ha lastimado en los últimos cinco años. Esto es demasiado para mi, mi corazón se rompe nuevamente reviviendo recuerdos que destrozan mi alma.
- Mamá, hoy no, - respondo dando la vuelta para marcharme, todos nos miran confundidos, Elena masculla algo en mi dirección y niego con la cabeza.
- ¡Te dije que no te vas! - Mamá levanta la voz y me detengo. - ¡Deja de ser egoísta por primera vez con tu hermano y enfrentalo, no solo tu sufriste aquí!
- ¡Mamá..! - intervine mi hermano.
- ¡No! - grita mi madre poniéndose de pie al igual que todos y entonces pasa, se rompe a llorar y mi corazón se quiebra y continua hablando entre sollozos. - Estoy harta de ver a mis hijos por separado, estoy harta de que sigas castigando a Jason cuando sólo te salvó, Keily, necesitas hablar con él, mi niña, no quiero morir y dejar a mis hijos peleados, solo quiero estar en paz y terminar con esto por una maldita vez.
Me duele tanto verla así...
Giro mi rostro sin poder creer todo lo que ha dicho, no me gusta ver a mi madre llorar y menos por mi culpa, pero no estoy segura de poder enfrentar esto ahora.
- Lo siento mamá, - hablo con lagrimas en los ojos, - debo salir de aquí.
- ¡Está bien, lárgate! - suelta ella con dolor y la miro del mismo modo - ¡Vete, huye a ver donde llegas, no siempre puedes estar huyendo de este problema, porque este es el único que no puedes enfrentar con madurez, Keily Elizabeth!
No soy capaz de responder a nada de lo que mi madre a dicho, simplemente doy media vuelta y comienzo a caminar hacia la salida.
- Kei... - Escucho a Elena con notable preocupación, - por favor.
