Han pasado varios días desde que Marcelo y yo salimos, es decir desde que lo invité a cenar a la fonda de doña Margarita y desde que hicimos aquel trato entre los dos de no besarnos en un periodo de un mes. No sé como demonios voy a hacer para no perder el control cada vez que lo veo, de tan solo pensar en él ya mi cuerpo se siente electrificado y con muchos deseos de tenerlo cerca.
Estas muy mal Keilisita, quiero desaparecer de tu cabeza, ¿cómo de te ocurre hacer ese tipo de tratos? Es lo único que puedo preguntar en dia de hoy y durante un mes.
Lo necesitaba, conciencia...
Ah si, la niña lo necesitaba... OK, no hay problema... ¡Qué la conciencia se joda!
Pero...
Me has privado del delicioso y no te lo voy a perdonar, me voy...
Mi conciencia a estado en un estado de rebeldía últimamente, la comprendo, hasta yo me encuentro así.
Ahora estoy rodeada de mi equipo de trabajo, estamos ultimando detalles para la presentación del primer diseño en dos semanas, el equipo está haciendo un trabajo excelente, no cabe duda de que son los mejores en sus áreas.
— Ricardo – Llamo la atención del chico que tiene toda su concentración en la computadora que tiene delante, me mira a través de sus grandes anteojos. — ¿Cómo vas con el diseño en digital?
— Solo necesito realizar unos ajustes en ciertas áreas abiertas, – Responde con naturalidad y doy un asentimiento de cabeza. — Solo espero por unos detalles que Elena tiene que proporcionar y que María vuelva con unas fotografías que les pedí para fines de comprobaciones, solo es eso.
— Ya Elena se encuentra en ello, – Continúa Poala sin despegar la vista de la paleta de colores. — Esta checando que los datos estén correctos y María ha de venir de camino.
— Muy bien chicos, lo están haciendo muy bien. – Felicito al equipo porque en verdad están muy comprometido con su trabajo. — Tenemos tres semanas más para avanzar en la segunda propiedad, ahora bien, en la tercera habría que salir de la ciudad por algunos días y las fechas de viaje serán para dentro de un mes y medio, más o menos.
— ¿Iríamos todos? — Interviene Moisés mirando hacia mi y niego.
— No, no necesariamente, no podemos descuidar aquí e irnos todos fuera de la ciudad. – El me da una asentimiento de cabeza y sonrío en su dirección, se sonroja y me parece adorable. — En su debido momento sabremos quienes irán, ahora solo concentremos nuestra atención en esto.
— Esta bien – Concede Moisés y los demás chicos dan un asentimiento de cabeza. — Kei, necesito hablar contigo – lo miro y tiene un poco de ojeras en su rostro, esta preocupado. — Es importante, por favor.
ESTÁS LEYENDO
Mi PERDICIÓN
RomanceKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...