Estoy en Las Vegas, en la Sede de la constructora Sandoval de esta ciudad, dentro de unos minutos tengo una reunión, será la última del día, ya debería estar en la sala de juntas, sin embargo, tuve que esperar un poco, por que aun tengo secuelas de la conversación que tuve con la Niñita endemoniada, se ha vuelto una pervertida y debo de admitir que me encanta, todo de ella me tiene como un desquiciado.
Ahora mismo estoy sentado en la silla giratoria de mi oficina, tengo los ojos cerrados pensando en lo mucho que ha cambiado mi interior desde aquella noche que coincidí con esa mujer en el club de Cristian, nunca imaginé que al defenderla del desgraciado que le quiso hacer daño, se convertiría en una persona tan importante para mí.
En estos días que llevamos saliendo, me he dado cuenta del tiempo que tenía que no salía con una mujer sin intenciones de llevarla a una cama, no es que a ella no la quiera bajo mis sabanas, pero es diferente, a ella la quiero para muchas cosas más y de solo pensar en eso mi cabeza y corazón entran en conflictos, puesto que ya hace mucho tiempo, bueno, bastante diría yo, me prometí a mi mismo descartar este tipo de relaciones y sentimientos de mi vida, pero Keily a logrado traspasar tanto en mi que no puedo dejar de sentir confusión por lo que ha de venir, sin embargo, a pesar de tener tanto conflicto interno, no voy a dejar de verla, ni de luchar por ella.
Sigo con mis ojos cerrados, recostado en el asiento, pensando en cada una de las provocaciones de esa niñita, me ha costado tanto cumplir con su reto estos últimos días, pues de cierta forma, ya estaba acostumbrado a besarla cuando se me hiciera posible y ella lo permitiera.
Cuando estuvimos en aquel parque y hablamos pude notar en su mirada tantas cosas y sé que, al igual que yo, tiene su lucha interna, lo que hace esto un poco más complicado, pero no imposible, ella es la única mujer, en muchos años, que ha puesto en batalla mi interior.
Revivir los recuerdos del último beso que aconteció en su departamento, me hace tener sed, tengo ganas de hacerla mía tantas veces como me sea posible, es algo que me da rabia porque hay días en los cuales no quiero sentir esto, días en donde me digo a mi mismo que no siento nada y que esto es solo el calentón del momento, pero solo me basta verla, con tan solo ver sus hermosos ojos y su deslumbrante sonrisa para saber que esos días que repito en mi interior que no siento nada, me estoy engañando a mi mismo. Acomodo mi erección que aún molesta dentro de mis pantalones, pues el tormento de chica que me vuelve loco me a dejado caliente con tan solo una llamada telefónica.
- No me digas que por esa razón has aplazado la junta. - habla Andrés, el encargado de esta sede, abro los ojos lentamente y lo miro sin ningún tipo de expresión mientras que señala el bulto entre mis piernas. - Tienes la bandera muy arriba, amigo.
<Idiota>
No digo nada y me quedo en la misma postura de antes, pues él es mi amigo y se puede decir que le tengo confianza, no como a Cristian, pero lo considero un buen amigo.
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Mi PERDICIÓN
RomanceKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...