Han pasado tres meses desde aquel día que fui a trabajar y tuve mi encuentro con Natalia en el baño de la agencia y vi a Diego fuera del edificio.La traición de esos dos fue un golpe muy duro para mí, semanas en cama llorando hasta que un día dije: ¡No más! No voy a echar a perder mi vida, mi empleo y mis obligaciones por dos personas que no valen la pena, sin embargo, no ha sido fácil, aunque tengo el apoyo incondicional de Elena, Fran Irene, Lisbeth y parte de mi familia quienes no me ha dejado sola en estos momentos.
Ivan, mi primo, aún tiene el deseo ferviente de convertirse en un asesino serial de los traidores aquellos, le dolió mucho cuando le conté, lo hice en medio de mis quebrantos empapando sus rodillas con mis lagrimas, no puedo evitar ese dolor en mi pecho que en ocasiones hace que se me dificulte respirar. Es tan así, que buscó a Diego y le dio una paliza y le dijo que no se atreviera a acercarse a mi y que si lo hacía se iba a arrepentir, cosa que el muy idiota de Diego hizo caso omiso pues ha estado insistiendo para hablar y para ser honesta no veo el caso.
Hoy puedo decir que me siento bien, ya no duele tanto.
Ahora entre el trabajo y la universidad estoy más que ocupada, me gradúo o nos graduamos Elena y yo en dos meses y medio ¡Dios mediante! sin embargo, el trabajo se ha vuelto insoportable ya que Natalia aprovecha cualquier momento para hacerme sentir mal y sobre todo hacerme quedar mal delante de mis superiores y eso que ha encontrado aliadas ya que aquí en las oficias hay más de una que quieren mi cuello solo porque me he destacado en las actividades que se realizan y por las constantes felicitaciones de mis superiores en público ¿Cómo les digo? Es que amo lo que hago.
En estas últimas semanas me he encontrado con dificultades y si las cosas siguen de esa manera van a hacer que me despidan y no quiero eso, necesito pagar mis cuentas y seguir con mi vida, aunque el dolor sigue ahí no es tan fuerte como lo era hacen unas semanas atrás.
¿Quién diría que un día lo tuve todo?
Aun lo tienes todo, solo que te niegas a hablar con él, aceptarlo devuelta.
Lo importante es que vivo en paz ahora y por nada quisiera regresar y escucharlo decir a él decir esas palabras que me hirieron tanto y, aunque ahora que tengo un poco más de experiencia sé que lo dijo bajo presión por las circunstancias, pero eso no reduce mi dolor y el miedo que aún siento cuando pienso en mi pasado, no le perdono el haberme dejado sola y no permitir que me quedase a su lado siendo su soporte y dando mi apoyo. No quiero verlo aún, no estoy lista para lo que tenga que decirme y mucho menos para ver su rostro después de todo lo que ocurrió, después de estos largos años que tengo sin verlo, no puedo evitar extrañar su compañía y las constantes molestias que me causaba con sus ocurrencias, lo extraño todo de él.
Yo también lo extraño.
Trato de despejar mi mente, no quiero pensar en nada relacionado a mi pasado.
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Mi PERDICIÓN
RomanceKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...