Estamos en el Paraíso de las Aguas Rosas, habíamos decidido pasar un fin de semana tranquilo para que nuestros socios y amigos se sientan bien acogidos, -como en casa- son personas agradables y se han ganado nuestro respeto, incluyendo el de Cristian.
Decidimos salir a caminar por los alrededores, puesto que, mañana Dorian y Sinclair, se van a unir en matrimonio y salimos a echar un vistazo de aquello que se podría adelantar hoy para que la lista del día de mañana se hiciera menos extensa.
Admito que nos tomaron por sorpresa, nunca nos imaginamos que querrían casarse en esta ciudad y en medio de un viaje de negocios, sin embargo, es admirable ver lo felices que están por ese hecho.
Si me hubieran dicho hace unos meses atrás que, Marcelo Sandoval, estaría ayudando a una pareja a casarse, pues no lo hubiera creído, al parecer muchas cosas han cambiado últimamente en mi forma de pensar y todo gracias a una sola persona.
Las chicas salieron hace un poco más de una hora a buscar un no sé qué, que el novio no podía ver, estamos esperando a que regresen y, es por ello, que ahora mismo estamos presenciando un espectáculo en la plaza.
Solté un suspiro profundo al recordarla, cada una de sus ocurrencias, su forma de hablar, de reír, de provocarme, de tocarme, me dan mil años de vida.
Mis pensamientos giran alrededor de lo que ha ocurrido el día de hoy con Keily, quisiera darme un puñetazo a mi mismo por la forma en la que reaccioné en la fogata ante sus preguntas. Debo aprender a controlar mis emociones en cuanto a esos temas que aún son tan sensibles para mi. No quiero volver a ver por ningún motivo, la cara que puso esta tarde cuando le respondí de esa manera, se sintió avergonzada y, aunque me diga que no le afecto mucho, si lo hizo.
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Mi PERDICIÓN
RomanceKeily Andersson, una joven responsable que está a punto de culminar sus estudios en el área de Diseños de Interiores en una Universidad de Mérida, en la cual obtuvo una beca por su buen desempeño. Es una chica de buenos sentimientos y entusiasta que...