Evelyn caía. Notaba el flujo de aire rodeándola, el poder de la
gravedad arrastrando el peso de su cuerpo hacia abajo y la fricción
entre ella y el aire.
Al principio estaba asustada, incluso aterrada, pero al cabo de
poco superó el miedo momentáneo a la muerte.
La idea de morir la asustaba, claro, pero había algo agradable en
la sensación de caer: se sentía liberada de la presión constante de
Atticus. Por fin se sentía fuera de su control, libre de ataduras.
Ahora, su destino estaba en manos de otra fuerza muy distinta:
la gravedad.
Se alegraba al pensar que había fuerzas más poderosas que
Atticus, que había cosas que escapaban a su control.
Se preguntaba si existiría otra vida después de la muerte. Y, si la
hubiese, ¿vería allí de nuevo a la gente que conocía? ¿Vería a su
madre, a su padre, a Alice, a Nora, a Ethan y a Hansel? ¿Tendrían
los vampiros otra vida más allá de su muerte? ¿Estaría Hansel allí?
Si él muriese, ¿volvería a verlo?
Una imagen de sus fascinantes ojos verdes y su pelo rizado y
oscuro le pasaron por la mente. Su agradable sonrisa y su
naturaleza amable... «Por favor, por favor, que Hansel esté allí, que
tenga una vida después de la muerte», pensó. Se lo merecía.
La idea de un cielo sin Hansel la aterraba.
Por favor, que estuviera allí.
No quería estar allí sin él.
Cuando la intensa corriente de aire se detuvo y Evelyn notó que su
torso colisionaba con algo sólido, creyó que era el fin.
Creyó que había encontrado su destino aciago y que de su
cuerpo humano no quedaría más que sangre y carne salpicando el
asfalto. «A lo mejor incluso asusto a algún vampiro... ¿Les asustará
la sangre a los vampiros, o se comerán mis restos directamente
sobre la acera? — se preguntó en un momento de euforia—. Buena
suerte, Atticus, si quieres coger todos esos trocitos de mí y
convertirme en vampiro.» Casi quiso reírse al pensarlo.
No quería morir, claro que no. Por primera vez en mucho tiempo,
las cosas parecían avanzar, y tenía la impresión de que Atticus
estaba a punto de sufrir una revolución, que era posible que las
cosas cambiasen para él, y que él mismo cambiase a su vez.
Deseaba que Atticus cambiara.
No, más bien lo necesitaba.
Necesitaba que se deshiciera de sus demonios y se convirtiera
en un hombre mejor por el bien de la humanidad y el futuro del
planeta. En un mundo gobernado por un tirano la mayoría siempre
sufriría.
Evelyn quería cambiar eso, deseaba hacer del mundo un lugar
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...