Capitulo 54

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El chasquido que Evelyn había oído era gutural y profundo. Le

recordó a la risa más sádica y cruel de Atticus. De inmediato un

escalofrío le recorrió la espalda.

En ese instante, los pinos, el cantar alegre de los pájaros y el

aroma de las lilas se esfumaron por completo. En un momento

estaban ahí y, al siguiente, ya no quedaba nada. La Oscuridad

descendió sobre ella como si se tragara el mundo al completo.

Aparte de la tonalidad de su propia piel y del color del abrigo que

llevaba en la mano, no había nada más que negrura en el horizonte.

Algo no iba bien. Pero, en su estado de inconsciencia, su cerebro no

trabajaba de manera óptima. Por eso, preguntas habituales como

«¿dónde estoy?» o «¿qué me pasa?» no cruzaron su mente.

Sin embargo, Evelyn Blackburn no era conocida precisamente

por ser muy racional: su cabeza siempre había funcionado de forma

misteriosa. Valentía y compasión tenía mucha, pero la habilidad de

ser paciente y pensar en las consecuencias de sus actos no era

algo que hubiera conseguido alcanzar en sus veinte años de edad.

Siguió observando la oscura inmensidad que tenía frente a sí.

Estaba confundida, y oyó aquella risa de nuevo. Su primera

intención fue echar a correr tan rápido como pudiera para escapar

cuanto antes de la siniestra voz, pero, del mismo modo que en la

escena del clímax de una película de terror, Evelyn hizo lo opuesto a

lo que dictaba la lógica.

Despacio, su cuerpo se volvió para encararse con el hombre que

estaba a unos metros detrás de ella. Cuando vio claramente su

silueta, no sabía si era producto de su imaginación, pero le pareció

que ya lo había visto antes. Lo primero que pensó fue que era

realmente alto y que estaba muy cerca. Él le dirigió un saludo con la

cabeza, como un caballero, le tomó la mano y se la besó. Evelyn no

esperaba ese inesperado gesto amistoso y se quedó atónita.

Sus labios eran finos y gélidos. De hecho, a Evelyn le pareció

que apenas si los había notado, más allá de una helada brisa contra

su carne.

Sin pensar en las consecuencias, dejó escapar un grito ahogado

y dio un paso atrás. Su rechazo a un gesto que quería ser

caballeroso no sorprendió al hombre, que se echó a reír y levantó la

cabeza.

Sus ojos oscuros se encontraron con los de Evelyn y ella chilló

de nuevo.

Era inhumanamente bello: pómulos pronunciados, mandíbula

cincelada, piel bronceada, cabello castaño claro peinado hacia atrás

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora