La expresión de Atticus no fue de sorpresa. Su cuerpo no dio un
respingo; no le dirigió a Ethan una mirada arrogante ni temerosa. En
vez de eso, su semblante era sereno, y por todo ello Ethan supo que
había dado en el clavo.
—Se llamaba Mira — admitió Atticus con un gran suspiro—. Nos
conocimos hace mucho. Yo la amaba.
—Y ¿murió a causa del bebé? — preguntó él—. ¿En el parto?
—No. — El rey negó con la cabeza—. El bebé no la mató. Lo hice
yo. Yo maté al niño, ella se enteró y... puso fin a su vida porque ya
no podía soportar mi martirizante presencia. Mira murió odiándome.
Me transmitió sus últimas palabras en su nota de suicidio. — Rio con
pesar—. Dijo que era el hombre más apuesto, encantador y
cautivador que había conocido, pero también la criatura más
horrible, repugnante y diabólica. Me deseó una eternidad de
desgracias. Todo muy distinto de las cartas de amor que habíamos
intercambiado cuando nos conocimos.
Ethan frunció el ceño y se quedó callado unos segundos, hasta
que sentenció:
—Estás repitiendo la misma historia. ¿Qué crees que hará
Evelyn cuando se entere de que has matado a su bebé? ¡La
destrozarás! No importa si es tuyo o mío. Amará la vida que crece
dentro de ella. Lo sé. Le has robado demasiadas cosas ya, no le
arrebates este niño también. Está rota, pero el milagro de un hijo
podría salvarla. ¿No ves que ese niño es lo mejor que podría
haberte pasado?
—No lo entiendes.
—¿Qué es lo que no entiendo, Atticus? ¿Qué es lo que hay que
entender sobre el vínculo entre una madre y un hijo? Por el amor de
Dios, ¿es que no eres capaz de ver lo mucho que te odio, lo mucho
que odio el hecho de que básicamente tienes las manos alrededor
del cuello de cada criatura que respira en este planeta? ¡Odio que
puedas hacer lo que te dé la gana sin tener que atenerte a las
consecuencias! Y, aun así, te estoy ayudando. Por Dios bendito,
¡date cuenta de una vez! Atticus, lo juro, si no salvas a ese niño, me
da igual cuántas vidas ponga en peligro, iré a por mi chica y
saldremos de este maldito agujero. Y me aseguraré de que no tenga
que preocuparse por ti nunca más.
El vampiro sonrió sin muchas ganas.
—¿Con cuántas mujeres crees que me he acostado en mi vida?
Piensa en las probabilidades, Ethan. Ten eso en mente. Ahora,
añade que nunca pude saber a ciencia cierta si el niño de Mira era
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...