Por una vez, Evelyn agradeció la presencia de las puertas dobles de
acero de su habitación, porque le salvaron la vida. Eran muy
pesadas, y para abrirlas era necesario utilizar ambas manos. Le
habría gustado preguntarle a Atticus qué había pasado por su mente
para decidir instalar semejantes portalones allí, en su cuarto,
aunque suponía que en realidad no era más que otra simple
cortapisa.
Cuando la puerta acabó de abrirse, Evelyn vio precisamente el
rostro de Atticus. Llevaba un traje de tres piezas y estaba tan
atractivo y deslumbrante como siempre. Inclinó la cabeza cortés al
verla. La joven reprimió el impulso de salir corriendo a coger la rosa
blanca y esconderla en el cajón. La culpabilidad era algo peligroso y
poderoso. «No tengo nada de lo que sentirme culpable», se dijo de
inmediato. Su mano seguía aferrada con fuerza al pomo de la
puerta.
—¿Qué haces aquí?
Atticus se encogió de hombros.
—Es mi casa.
—¿No tienes asuntos relacionados con el gobierno del mundo
que atender?
—He sacado un poco de tiempo para mi chica favorita — dijo él
sonriendo como si fuesen una pareja normal, de las que van cogidas
de la mano por la calle. Sus ojos eran de un precioso color marrón,
no del tono oscuro que ella estaba acostumbrada a ver.
El vampiro entró en la habitación con paso confiado, como si
todo le perteneciera.
Evelyn puso los ojos en blanco.
—¿Te he invitado a pasar?
—¿Podía pasar?
En un segundo, Atticus se acercó tanto a ella que sus cuerpos
casi se tocaban. Con los labios, acarició la punta de la nariz de la
chica. El momento era extremadamente sensual. Evelyn se apartó
para poner algo de distancia entre ambos.
—Si digo que no, ¿te irás?
—No quiero irme — dijo él apoyando una mano en su cintura—.
Pero eres demasiado terca. Si quieres que me vaya, supongo que
tendré que irme para evitar otro de tus salvajes ataques. — Le tocó
la barbilla con un dedo y la obligó a mirarlo. Sus ojos castaños
permanecían fijos en los azules de Evelyn—. ¿Es eso lo que
quieres, cariño, que me vaya?
La joven no estaba acostumbrada a que Atticus le pidiera
permiso o le consultara su opinión, y se preguntó si eso tendría que
ver con que Lucifer la hubiese visitado. ¿Lo habría dejado en paz a
él? ¿Era ese Atticus un Atticus libre del influjo de la Oscuridad?
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...