Todo había sucedido muy deprisa, demasiado para que el cerebro
humano de Evelyn lo comprendiera.
Cuando notó las manos de Atticus sobre su cuerpo, usando toda
su fuerza para inmovilizarla de espaldas sobre el colchón,
separándole las piernas con las suyas, la mente de la joven todavía
estaba intentando sobreponerse al shock de ver a Hansel.
En un momento estaba aturdida y confundida y, al siguiente,
luchando bajo el peso del desquiciado rey, tratando de liberarse por
todos los medios. Los ojos del vampiro la miraban, vacíos de
conciencia y llenos de oscuro deseo.
Evelyn gritó.
Luchó.
Era un déjà vu.
Le pareció que la historia volvía a repetirse.
Notó cómo la furia empezaba a acumularse en la boca de su
estómago.
Abofeteó al rey, pero él ni siquiera lo notó.
—No lo hagas... — le suplicó.
Miró por encima del hombro de Atticus buscando los ojos de
Hansel, pero en su lugar se topó con los de Ethan. No se había
dado ni cuenta de que él también estaba en la habitación. Era la
primera vez que lo veía. No perdió tiempo en preguntarse qué hacía
allí ni cómo había entrado. Notó una ráfaga de esperanza.
—¡Ethan! — gritó.
Él no se volvió.
Se quedó inmóvil, rígido.
Su cara era inexpresiva.
No le prestó la más mínima atención.
Era como si ella no le importara, como si no la quisiera, como si
no creyera que merecía la pena arriesgar su vida por ella.
—¡Ethan! — volvió a gritar Evelyn.
No hubo respuesta.
El corazón de la joven se encogió. Más lágrimas empezaron a
brotar de sus ojos, pero su cerebro estaba demasiado embotado
para entender nada. Reprimió un sollozo. Sintió a Atticus cerca de
su sexo, a punto de penetrarla. Se preparó para lo peor, pero no
llegó.
En lugar de notar al rey introduciéndose en su interior, lo que
percibió fue una ráfaga de aire frío y una mano amable sobre su
hombro. Después, la suavidad de las sábanas cubriendo su cuerpo
desnudo y un abrazo familiar.
Los fuertes bíceps alrededor de su cuerpo pertenecían a alguien
que ya la había salvado antes. Eran los brazos de un hombre al que
Evelyn le debía mucho.
Se apoyó en el acogedor pecho de Hansel. Él le acarició el pelo
con delicadeza, consolándola, mientras que ella no se atrevía a abrir
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...