Capitulo 35

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—¿Que por qué te mentí? —Atticus repitió la pregunta de Evelyn

con expresión divertida.

Su atractiva sonrisa hizo que ella frunciera el ceño como si

acabara de oler algo repugnante. Él se dio cuenta y dejó de reír.

Suspiró y empezó a desatarse los zapatos.

—¿Qué haces? — preguntó Evelyn nerviosa.

Era una pregunta tonta. Sabía perfectamente lo que hacía

Atticus y lo que estaba a punto de hacer. Pero las palabras habían

salido de su boca antes de pensar, de forma impulsiva.

—El agua tiene una pinta estupenda — dijo él—. No me he

duchado desde que te fuiste. Creo que ya toca que me mime con un

buen baño.

Evelyn puso cara de asco.

—¿No te has duchado desde que me fui? — preguntó mientras él

se quitaba los zapatos—. ¿En serio?

—¿Sabes lo difícil que le resulta ducharse a un hombre con el

corazón roto? — bromeó él. Empezó a desabotonarse la camisa—.

Sólo tengo medio corazón cuando tú no estás. Mis necesidades

básicas, como la de asearme, disminuyen cuando no estás cerca. —

Se despojó de la camisa—. Me ducho para ti. Si no estás para oler

mi maravilloso aroma, entonces no tengo motivos para hacerlo.

Atticus le guiñó un ojo, pero ella no lo vio porque apartó la vista

de su cincelado torso.

Él rio.

Era cierto: su cuerpo era capaz de hipnotizar a cualquiera. Era

glorioso, musculado, tonificado, bronceado e increíblemente

delicioso, pero Evelyn no se sentía cómoda viendo su torso desnudo

mientras ella estaba desnuda también. Pese a que ya había tenido

sexo con el hombre que tenía junto a ella, seguía sintiéndose

incómoda.

El pulso se le aceleró y con los brazos se rodeó los pechos para

cubrirse. Se puso colorada y se negó a sostenerle la mirada al rey o

a mirar ni un centímetro de su cuerpo.

—Evie — dijo Atticus con delicadeza—, si aún llevo los

calzoncillos puestos. — Se echó a reír—. No soy tan feo como para

que apartes la vista horrorizada al contemplar mi cuerpo, ¿no?

Ella no contestó, pero empezó a retroceder para apartarse de él.

—¿No tienes un baño para ti solo que puedas usar?

—Sí, pero es más ecológico que nos bañemos los dos en el

mismo — replicó él chasqueando la lengua. Ella oyó un sonido

metálico cuando la hebilla del cinturón de él cayó al suelo—. Me

dejaré la ropa interior puesta si eso te hace sentir mejor. Aunque...

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora