—¿Que por qué te mentí? —Atticus repitió la pregunta de Evelyn
con expresión divertida.
Su atractiva sonrisa hizo que ella frunciera el ceño como si
acabara de oler algo repugnante. Él se dio cuenta y dejó de reír.
Suspiró y empezó a desatarse los zapatos.
—¿Qué haces? — preguntó Evelyn nerviosa.
Era una pregunta tonta. Sabía perfectamente lo que hacía
Atticus y lo que estaba a punto de hacer. Pero las palabras habían
salido de su boca antes de pensar, de forma impulsiva.
—El agua tiene una pinta estupenda — dijo él—. No me he
duchado desde que te fuiste. Creo que ya toca que me mime con un
buen baño.
Evelyn puso cara de asco.
—¿No te has duchado desde que me fui? — preguntó mientras él
se quitaba los zapatos—. ¿En serio?
—¿Sabes lo difícil que le resulta ducharse a un hombre con el
corazón roto? — bromeó él. Empezó a desabotonarse la camisa—.
Sólo tengo medio corazón cuando tú no estás. Mis necesidades
básicas, como la de asearme, disminuyen cuando no estás cerca. —
Se despojó de la camisa—. Me ducho para ti. Si no estás para oler
mi maravilloso aroma, entonces no tengo motivos para hacerlo.
Atticus le guiñó un ojo, pero ella no lo vio porque apartó la vista
de su cincelado torso.
Él rio.
Era cierto: su cuerpo era capaz de hipnotizar a cualquiera. Era
glorioso, musculado, tonificado, bronceado e increíblemente
delicioso, pero Evelyn no se sentía cómoda viendo su torso desnudo
mientras ella estaba desnuda también. Pese a que ya había tenido
sexo con el hombre que tenía junto a ella, seguía sintiéndose
incómoda.
El pulso se le aceleró y con los brazos se rodeó los pechos para
cubrirse. Se puso colorada y se negó a sostenerle la mirada al rey o
a mirar ni un centímetro de su cuerpo.
—Evie — dijo Atticus con delicadeza—, si aún llevo los
calzoncillos puestos. — Se echó a reír—. No soy tan feo como para
que apartes la vista horrorizada al contemplar mi cuerpo, ¿no?
Ella no contestó, pero empezó a retroceder para apartarse de él.
—¿No tienes un baño para ti solo que puedas usar?
—Sí, pero es más ecológico que nos bañemos los dos en el
mismo — replicó él chasqueando la lengua. Ella oyó un sonido
metálico cuando la hebilla del cinturón de él cayó al suelo—. Me
dejaré la ropa interior puesta si eso te hace sentir mejor. Aunque...
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampirosHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...