Una mano le tapó la boca bruscamente. Fuera quien fuese aquella
persona, no tenía ni idea de a quién estaba tocando. O eso, o no le
importaba lo más mínimo.
—¿Qué demonios haces tú aquí? — le susurró su asaltante al
oído.
Evelyn reconoció la voz de inmediato. En un momento de
lucidez, le clavó el codo en las costillas y lo empujó para que se
apartara. Su ataque ni lo inmutó, pero la soltó de todos modos. No
pretendía hacerle daño.
Ella retrocedió unos pasos para poner algo de distancia entre
ella y el hombre.
—¿Que qué hago aquí? — susurró—. ¿Y tú?
Jonah sonrió con suficiencia.
—La princesita de Atticus está haciendo algo que no debería
estar haciendo para no variar, ¿no?
—¿Qué?
—Ya me has oído — respondió Jonah con arrogancia—. ¿Qué
buscas aquí, princesa? ¿Sabe tu rey dónde estás? — Suspiró con
gran dramatismo—. Gracias a Dios que no soy ni Ethan ni Hansel,
porque si Atticus se enterara de que estamos solos en el bosque
estarían muertos antes de que pudieses suplicar clemencia por sus
vidas.
—Me das asco.
—Gracias, es un gran honor.
—¡Señorita Blackburn! — Evelyn oyó la voz de Josh llamándola.
En un abrir y cerrar de ojos, el guardia la había encontrado. Se
interpuso entre ella y Jonah—. ¡La he oído gritar!
Llevaba una pistola en la mano. Josh parecía dispuesto a
luchar... Hasta que se dio cuenta de que el hombre que estaba con
ella era Jonah Lamia. Inmediatamente, Josh hizo una inclinación de
cabeza y volvió a guardar el arma.
—Lo siento, milord. Pensaba que era alguien peligroso.
Los ojos de Jonah se entornaron y pasaron de Evelyn a Josh. Su
expresión no revelaba nada de lo que le pasaba por la cabeza. Los
tres se quedaron en silencio durante un par de segundos. De
repente, Jonah profirió un rugido que retumbó en los troncos de los
árboles, haciendo temblar sus ramas. Evelyn oyó cómo los pájaros
emprendían el vuelo y pisadas de animales salvajes que se
alejaban.
—¡Maldita perra!
Los ojos de Jonah ardían de rabia. Parecía una bestia furiosa.
Tenía los puños apretados a ambos lados del cuerpo, listo para
entrar en combate, sediento de sangre.
Josh volvió a sacar la pistola, presa del pánico.
En la mente de Evelyn apareció una imagen de Atticus. «Corre
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampirosHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...