Dulces mentiras o verdades que te romperían el corazón, ¿tú qué
escogerías?
«¡No, no, no! ¡No puede haberme hecho esto! ¡Me dijo que
Hansel estaba aquí! ¡El tipo rubio miente!», gritaba Evelyn para sus
adentros mientras corría escaleras arriba hasta el profusamente
decorado vestíbulo.
—¿Señorita? —La voz de la recepcionista resonó lejana en su
oído, como si proviniese de un túnel de un kilómetro de longitud—.
Señorita, ¿adónde va?
Evelyn corrió tropezando hasta el ascensor, ignorándola.
«¡No! ¡Atticus no me mentiría de nuevo!» Seguía intentando
razonar con su sentido común. No quería creer que el rey hubiera
vuelto a engañarla. Deseaba con todas sus fuerzas que fuera el
vampiro de pelo rubio el que le hubiese mentido y que Hansel
estuviera allí, en el bloque de apartamentos, bebiendo champán tan
tranquilo. Incluso con una bonita chica de rodillas a punto de darle
placer. En esos momentos no le habría importado en absoluto: todo
cuanto quería era que él fuese feliz, que estuviera a salvo, allí, y no
cautivo en las sádicas mazmorras de Atticus.
Sin embargo, inconscientemente sabía que era cierto. A lo mejor
por eso había querido tanto ver a Hansel, porque quería comprobar
con sus propios ojos que estaba bien, porque en el fondo siempre
había dudado de las palabras, las promesas y las aseveraciones de
Atticus. Era un mentiroso profesional sin ningún sentido de la ética o
la moral, y no le costaba nada convencerla con sus subterfugios. Al
fin y al cabo, contaba con miles de años de experiencia.
—¡No, por favor, no! — gritó entrando a la carrera en el ascensor
más cercano y trastabillando al hacerlo. Le pareció que estaba a
punto de tener otro ataque de pánico y que iba a desmayarse.
Su mente iba a mil, pensando cosas terribles. Quería creer a
Atticus, pero ya no podía. Por mucho que fingiera que seguía
haciéndolo, le resultaba imposible convencerse a sí misma. Sabía
que Hansel no estaba allí. Había estado mintiéndose a sí misma,
censurando lo que ya sabía que era cierto para no tener que lidiar
con ello.
—¡No, Atticus, por favor...! No me mentiste cuando dijiste que
Hansel estaba vivo, intacto y bien, ¿verdad? ¡Ha sido ese vampiro
rubio y vengativo! ¡Él me ha mentido! — gritaba para consolarse,
tratando por todos los medios de proteger su ya demasiado
debilitada psique.
Pero no era verdad.
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...