Evelyn no pensó que sus palabras causaran un impacto drástico en
Ethan, pero sí esperaba alguna clase de reacción por su parte.
Después de todo, se conocían desde que eran niños y se habían
querido, o eso creía ella. Todos aquellos años habían creado un
amor inconmensurable entre ambos, o eso era lo que le parecía.
«Soy tan estúpida...», pensó Evelyn. Incluso quiso reírse de su
estupidez.
Él ni siquiera había pestañeado al oírla. Tan sólo añadió con una
sonrisa:
—Tan naíf como siempre... ¿Cuándo vas a crecer? Todo ese
rollo de «oh, soy tan dulce e inocente» ya cansa un poco. Y,
francamente, ni siquiera se te da bien.
Un inesperado gruñido salió de lo más profundo de la garganta
de la chica. Estaba a punto de volver a abofetearlo cuando el brazo
de Atticus la agarró por la cintura para apartarla. El rey se echó a
reír.
—Puedes irte, Redfern — le dijo a Ethan sin mirarlo.
Tenía la mirada fija en Evelyn. Observaba aquel fuego nuevo que
había visto en su interior, y le encantaba.
—¡No! — gritó ella—. ¡No te atrevas a marcharte de aquí sin
darme una explicación!
Ethan la ignoró de nuevo. Su expresión fue fría y distante cuando
se inclinó ante el rey y se alejó.
Evelyn notó un fuerte dolor en el pecho al verlo marcharse con la
cabeza bien alta, como si estuviera tan orgulloso de sus acciones,
como si no le importara lo más mínimo dejarla en una habitación con
un tipo que había intentado violarla hacía unos instantes.
Se le secaron las lágrimas de golpe.
El dolor agónico se convirtió en una fuente de anestesia que se
multiplicó hasta abarcar todas y cada una de sus células y embotó
su capacidad de sentir cualquier tipo de emoción.
Notaba la mano de Atticus sobre la suya, describiendo pequeños
círculos, pero no le correspondió. Sintió sus labios sobre su piel,
dulces y cariñosos, mientras la besaba en la nuca de un modo que
parecía pedirle perdón.
Permaneció con la mirada perdida en dirección hacia la puerta
por la que acababa de salir Ethan, la misma por la que se habían
llevado a Hansel tan sólo unos momentos antes.
Atticus dijo algo, pero ella no lo oyó, o, mejor dicho, no le prestó
atención. Esperaba que llegara la siguiente oleada de lágrimas, de
gritos, de dolor, pero no llegaron.
Había esperado sentir algo, pero no sintió nada. Evelyn no sentía
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampirosHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...