Capitulo 62

785 38 4
                                    

Evelyn llevaba deambulando por los interminables jardines del

palacio real una hora más o menos. Dos de los vampiros que debían

protegerla caminaban a una distancia de unos cien metros. La chica

les había dejado claro que no le gustaba tener a gente pisándole los

talones. Ya tenía que aguantar eso por parte de Atticus, a veces

incluso por parte del maldito Jonah; no necesitaba recibir el mismo

tipo de trato por parte de los guardias.

Dos de ellos habían insistido en hacerle de perros guardianes y

escoltarla mientras los otros dos se quedaban junto a su habitación

para protegerla. Evelyn no sabía por qué se tomaban tantas

precauciones. Sólo estaba dando un paseo dentro del recinto del

palacio y bajo la mirada de dos guardias robóticos que hacían su

ronda. No tenía posibilidad de escape. Supuso que los guardias

debían de sobrevalorar sus verdaderas capacidades.

Se preguntó por qué el palacio estaba tan fuertemente vigilado.

¿No vivían allí cientos de inmortales? Seguramente, éstos debían

de ser sólo los miembros de la realeza. Si contaba a los guardias y

al resto de los trabajadores, el número debía de ascender más bien

a los mil, o dos o tres mil... En realidad, no lo sabía. Pese a llevar allí

tanto tiempo, sólo había visto el interior del edificio en el que vivía y

parte de los jardines. A Atticus no le gustaba perderla de vista ni que

se aventurara mucho más allá de la prisión que era su cuarto.

Pero el palacio era inmenso. Evelyn era suficientemente lista

como para saber que cualquier cosa que Atticus Nocturne Lamia

poseyera tenía que ser tan extravagante como él mismo. Ojalá le

dejara ver más de aquel lugar. Aunque seguro que eso no le

gustaría al rey. Le gustaba tenerla para él solo; era otra forma de

quitarle las plumas a las largas y delicadas alas que simbolizaban su

libertad.

A lo mejor le gustaba tenerla sola y aislada en su propio cuarto

de juegos, lista para jugar con ella cuando quisiera, como un animal

de compañía.

Mientras paseaba, pensó cómo sería la vida si Atticus fuese

realmente un villano, uno de los que sólo quieren matar y conquistar,

el tipo de villano que existe en los libros y que no tiene sustancia

más allá de su maldad. Se preguntó cómo sería todo si él quisiera

matarla en lugar de amarla. Si hubiese querido matarla, ya estaría

muerta, era obvio. Pero Evelyn no estaba segura de cuál de los dos

escenarios la aterrorizaba más: si el universo en el que vivía u otro

paralelo en el que Atticus quería verla muerta. Puestos a elegir,

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora