Evelyn llevaba deambulando por los interminables jardines del
palacio real una hora más o menos. Dos de los vampiros que debían
protegerla caminaban a una distancia de unos cien metros. La chica
les había dejado claro que no le gustaba tener a gente pisándole los
talones. Ya tenía que aguantar eso por parte de Atticus, a veces
incluso por parte del maldito Jonah; no necesitaba recibir el mismo
tipo de trato por parte de los guardias.
Dos de ellos habían insistido en hacerle de perros guardianes y
escoltarla mientras los otros dos se quedaban junto a su habitación
para protegerla. Evelyn no sabía por qué se tomaban tantas
precauciones. Sólo estaba dando un paseo dentro del recinto del
palacio y bajo la mirada de dos guardias robóticos que hacían su
ronda. No tenía posibilidad de escape. Supuso que los guardias
debían de sobrevalorar sus verdaderas capacidades.
Se preguntó por qué el palacio estaba tan fuertemente vigilado.
¿No vivían allí cientos de inmortales? Seguramente, éstos debían
de ser sólo los miembros de la realeza. Si contaba a los guardias y
al resto de los trabajadores, el número debía de ascender más bien
a los mil, o dos o tres mil... En realidad, no lo sabía. Pese a llevar allí
tanto tiempo, sólo había visto el interior del edificio en el que vivía y
parte de los jardines. A Atticus no le gustaba perderla de vista ni que
se aventurara mucho más allá de la prisión que era su cuarto.
Pero el palacio era inmenso. Evelyn era suficientemente lista
como para saber que cualquier cosa que Atticus Nocturne Lamia
poseyera tenía que ser tan extravagante como él mismo. Ojalá le
dejara ver más de aquel lugar. Aunque seguro que eso no le
gustaría al rey. Le gustaba tenerla para él solo; era otra forma de
quitarle las plumas a las largas y delicadas alas que simbolizaban su
libertad.
A lo mejor le gustaba tenerla sola y aislada en su propio cuarto
de juegos, lista para jugar con ella cuando quisiera, como un animal
de compañía.
Mientras paseaba, pensó cómo sería la vida si Atticus fuese
realmente un villano, uno de los que sólo quieren matar y conquistar,
el tipo de villano que existe en los libros y que no tiene sustancia
más allá de su maldad. Se preguntó cómo sería todo si él quisiera
matarla en lugar de amarla. Si hubiese querido matarla, ya estaría
muerta, era obvio. Pero Evelyn no estaba segura de cuál de los dos
escenarios la aterrorizaba más: si el universo en el que vivía u otro
paralelo en el que Atticus quería verla muerta. Puestos a elegir,
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampirHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...