Capitulo 53

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Silencio

Todo estaba en silencio.

El cuerpo de Evelyn se hallaba sepultado bajo las mullidas y

blancas mantas.

Sus sentidos estaban apagados, desconectados del mundo.

Había una estufa plateada a unos metros de su cama para

mantener la habitación caliente. Atticus no quería que pillara un

resfriado por las bajas temperaturas.

Aunque la joven era incapaz de notar frío o calor. Su cuerpo se

había encerrado en sí mismo, bloqueándose. Se había aislado por

completo del resto del mundo, escondiéndose tras unos altos muros

de contención. Si nada podía atravesarlos, nada podía entrar y

lastimarla, entonces estaba a salvo.

Tenía las rodillas encogidas bajo la barbilla. Estaba acurrucada

casi formando una bola, su figura apenas visible bajo las mantas.

La comida que le habían llevado aquella mañana seguía intacta

junto a su cama. Gruesas lonchas de beicon y huevos escalfados

dentro de un bollo de pan blanco y queso cheddar, además de un

vaso de nutritivo zumo de naranja.

Estaba más pálida de lo habitual, y en los últimos tres días había

perdido mucho peso. Sabía que debía comer, pero no tenía energía

ni apetito. Su mente aún estaba siendo torturada por imágenes de

Ethan.

Una y otra vez, veía la expresión impasible de su rostro cuando

Atticus había intentado forzarla. Ella lo quería. Había luchado por él.

Se había resistido a Atticus porque lo amaba, porque creía que

merecía la pena luchar por ella y por Ethan, sin importarle las

amenazas del vampiro.

Ahora se sentía como una idiota.

Evelyn tenía los ojos cerrados. Había pasado los últimos tres

días yendo y viniendo de la conciencia a la tierra de los sueños. Una

parte de ella deseaba que todo acabara. En secreto deseaba que

todo se detuviera.

Ya no sabía lo que hacía.

Ya no sabía lo que quería.

Veinte años, sólo tenía veinte años y todas esas

responsabilidades a sus espaldas. Nadie con veinte años debería

tener que soportar todo cuanto ella había soportado. Aunque, a

decir verdad, nadie debería hacerlo, fuera cual fuese la edad que

tuviese.

Era injusto.

Mientras que el resto del mundo cantaba, bailaba y disfrutaba de

las experiencias que les brindaba la vida, ella era prisionera de un

monstruo. Había sido torturada sin parar por aquella vil criatura.

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora