«¿Quieres saber cómo matarme?» Evelyn jamás habría esperado
oír semejante pregunta de boca de Atticus, ni en un millón de años,
ni aunque el sol decidiese un día salir por el oeste y no por el este.
Se lo quedó mirando sin habla. «¿Es que se ha vuelto loco? — se
preguntó—. ¿Qué demonios le pasa a este hombre por la cabeza?
¿Es normal que se muestre tan agresivo en un minuto y al siguiente
se ofrezca a desvelarme el secreto de cómo matarlo? Él mismo dijo
que no quería pasarse todo el tiempo que estaba despierto
desconfiando de su compañera de cama, así que, ¿para qué quiere
contarme cómo podría acabar con él?»
«Si muriese, no sería por ti, Evelyn — le dijo su conciencia—.
Eres demasiado blanda y compasiva, no serías capaz de matar, ni
siquiera a un monstruo como Atticus.»
«Claro que sería capaz.»
«No, Evelyn, no lo serías.»
«¡Cállate! Vuelve a tu rincón y ponte a leer un libro o lo que sea
— pensó enfadada con su conciencia por dudar de sus capacidades
—. Si se me presentara la oportunidad, sería capaz de matarlo,
estoy segura. Soy suficientemente fuerte para hacerlo.»
Sin embargo, sus pensamientos no eran más que pensamientos.
Matar parecía muy sencillo cuando lo imaginaba, pero, llegado el
momento, ¿podría hacerlo? ¿Podría ir en contra de todo lo que
defendía, de los principios que hacían que Evelyn fuese Evelyn, y
matar al hombre que le había hecho tantas cosas terribles?
¿Podría poner fin a una vida?
En realidad, no tenía las respuestas a todas esas preguntas.
Atticus seguía sentado frente a ella, esperando a que le
contestase. Su expresión era indescifrable. Observaba a la
muchacha humana como un depredador a su presa. Si lo que
intentaba era intimidarla, estaba funcionando.
—¿Es una pregunta trampa? — preguntó ella con un hilo de voz.
Sus manos formaban dos puños minúsculos que reposaban sobre
su regazo, con la piel tirante dejando entrever los blancos huesos—.
¿Es éste otro de tus ejercicios de confianza o intentas comprarme
con información que crees que quiero?
—¿La quieres? — preguntó él testarudo, y Evelyn supo que su
cara de póquer encerraba muchas más emociones, pensamientos y
dilemas de lo que parecía—. Si te ofrezco esto, ¿podrás olvidar todo
lo sucedido anteriormente y empezar de cero conmigo?
—Nada puede borrar el pasado, Atticus. No importa lo poderoso
que seas: ni siquiera tú, mi rey, puedes cambiar lo que has hecho.
Que no tengamos poder sobre el enigma del tiempo es lo que nos
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampirosHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...