Capitulo 10

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Evelyn frunció el ceño un momento, desconcertada por lo que

podían ser esos objetos rodantes.

Estaba acostumbrada a que Atticus fuese impredecible. Si sus

cambios de humor tomaran la forma de un caballo, ni el más

preciado de sus sementales, Sombra, podría seguir su ritmo. No

obstante, pese a la costumbre, no estaba preparada para lo que la

oscura caja contenía.

Dejó escapar un grito ahogado al levantar la tapa.

Sobre el regalo estaba la tarjeta de crédito negra, pero no era

eso lo que la había hecho quedarse muda.

Se había preparado mentalmente para recibir un reloj, un collar,

unos pendientes, anillos, cualquier tipo de joyería, pero no para eso.

Dentro de la caja había una pistola negra, elegante y

resplandeciente, con grabados en oro que recordaban a las figuras

descritas por un viento imparable. El arma era sorprendentemente

hermosa, tanto que cortaba la respiración.

Le recordó a Atticus: oscura, peligrosa, encantadora, atractiva y

deslumbrante más allá de lo imaginable, pero, al mismo tiempo, letal

y capaz de poner fin a una vida inocente sin dudarlo.

Los dedos de Evelyn temblaron al sacarla de la caja. Notó

tensarse todos los músculos de su cuerpo, y su corazón siguió

latiendo a una velocidad casi sobrehumana, pero esta vez no de

alegría, sino de miedo.

«Una pistola... ¿Por qué demonios me ha regalado una pistola?»

Dejó la pesada arma en su regazo y acarició el cañón. Lo notó

robusto y frío contra su piel desnuda. Volvió a mirar la caja.

Ninguna nota.

Ninguna instrucción.

Ninguna explicación.

La única palabra que vio fue «Balas», escrita en el centro de la

tapa. Tardó unos segundos en percibir los casi invisibles bordes del

rectángulo que rodeaba la palabra y la pequeña ranura en la parte

superior.

Metió la uña y, sorprendentemente, ésta se levantó, revelando un

compartimento secreto en el que había media docena de brillantes

balas. Evelyn notó un nudo en el estómago.

Una pistola y balas. Todo lo necesario para poner fin a una vida

estaba allí, en su regazo. Jamás había estado tan cerca de algo que

pudiera matar en una fracción de segundo.

Las armas les estaban estrictamente prohibidas a los humanos,

era ilegal que las tuvieran, y estaba penado con la muerte. Evelyn

dudó de que la arrestasen si llevaba encima un arma que el

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora