Capitulo 69

627 37 13
                                    

Recorrer los aterradores y oscuros pasillos de las mazmorras reales

no era agradable, pero la idea de ver a Hansel hizo que Evelyn

consiguiera soportar la experiencia. Aunque los gritos de los

prisioneros la hacían estremecer.

Cuando ya estaban cerca de la celda, la joven oyó a Jonah decir

algo en otra lengua por un aparato electrónico. Se preguntaba cómo

era posible que llegara la señal a tanta profundidad.

Había guardias vestidos de negro escondidos entre las sombras.

Evelyn quiso preguntarle a Jonah si no le contarían a Atticus que los

habían visto juntos allí abajo, pero decidió confiar en el vampiro. Era

más viejo que ella, mucho más inteligente, y era obvio que le

importaba mucho Hansel.

Jonah estaba ansioso por hacérselo pasar mal a ella, por verla

sufrir, pero no así Hansel. Y si Hansel estaba bien, a la joven no le

importaba sufrir todo tipo de castigos.

El vampiro de pelo rizado se encontraba en una celda más

grande que el resto. Jonah estaba al mando de la guardia real, y por

tanto era él quien controlaba las mazmorras. Se había asegurado de

encerrar a Hansel en una de las zonas más tranquilas y había hecho

todo lo que estaba en su mano para hacerle la estancia lo más

cómoda posible dadas las circunstancias. Jonah no sabía si Atticus

había estado de acuerdo con ese trato de favor o si simplemente le

daba igual. El rey todavía quería a Hansel, Jonah estaba seguro de

ello.

Había cuatro hombres en su celda. Los cuatro eran agentes

especializados en torturas. No dudaban a la hora de burlarse y

provocar a Hansel haciendo referencia a su antigua gloria. Algunas

de las cosas que decían eran muy dolorosas. Pero no, no eran los

insultos dirigidos hacia su persona los que más le dolían, pues éstos

pasaban por sus oídos como una brisa. En cambio, las referencias a

su traición lo atravesaban como un cuchillo de carnicero.

Lo destrozaba oír cómo no paraban de recordarle que Atticus lo

había salvado y que él a cambio lo había traicionado por una chica.

Esas palabras eran mucho más difíciles de soportar que las palizas,

las balas, el agua dreyana que lo forzaban a beber. El dolor físico

sólo alcanzaba la carne, pero el dolor psicológico atormentaba su

mente. Las heridas del cuerpo se curaban con el tiempo; de las

mentales no era tan fácil recuperarse.

Hansel tenía las manos apretadas formando puños por encima

de la cabeza. En la mazmorra flotaba un nauseabundo olor acre a

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora