Evelyn frunció el ceño cuando vio a Atticus salir de la habitación,
pero no intentó detenerlo. Levantó una ceja; ¿en serio había pasado
por alto una oportunidad de abrazarla desnuda?
—Jonah, espero que recuerdes que te dije que sólo me llamases
si era absolutamente necesario — susurró Atticus alejándose de la
suite. Miró arriba y abajo por el pasillo. Odiaba a los curiosos. No
parecía haber nadie, pero, aun así, el rey siguió hablando bajo por si
se trataba de una emergencia militar, social o política—. Habla,
pedazo de idiota...
—Guau, ¿te he pillado en mal momento? — preguntó Jonah.
—Todo cuanto voy a decirte es que espero que esto sea
importante o te vas a pasar mucho tiempo bajo el látigo y hasta un
par de meses sin probar la sangre — gruñó él.
No tenía previsto hacer realidad sus amenazas, pero en ese
instante nada le habría gustado más que asestar unos cuantos
latigazos a Jonah hasta que tuviese la piel hecha trizas.
«Ahora que Evelyn empezaba a mostrar signos de simpatía
hacia mí, a sentir lástima por mí, a creer que hay buenas razones
tras mi horrible comportamiento, vas tú y te cargas el momento,
jodido bastardo. Si no fueses tan bueno en tu trabajo ayudándome a
gobernar este puto planeta, te juro que no sobrevivirías a esta
noche, gilipollas.»
—Vaya, veo que es mal momento entonces — rio Jonah—. No
me digas que te he llamado en medio de un polvo, porque, si es así,
esto puede esperar...
—¡Cierra el pico! — rugió Atticus sin querer porque Evelyn podría
oírlo desde la suite. Corrió hacia el otro extremo del pasillo para
asegurarse de poner un poco de distancia entre él y la habitación.
No quería que ella lo oyese—. Habla de una vez, ya te has cargado
el momento, así que espero que sea algo por lo que merezca la
pena llamarme.
—¿Estás empalmado? — Jonah rio desde el otro lado de la línea.
Obviamente, la situación le parecía la mar de graciosa.
—¿Quieres morir? — respondió Atticus en su habitual tono
intimidatorio y amenazador—. Porque, si no me dices de qué va
esto de una vez, te mataré. Lo prometo.
—Perdona, es que pensaba que sería un poco raro hablar
contigo sabiendo que estabas excitado y la tenías dura. — Jonah
soltó una carcajada y Atticus casi pudo ver cómo su propia cara se
le ponía cada vez más roja—. Sólo dime que no estabas a media
faena con ella, porque, si lo estabas, vuelve y acaba...
—Te lo juro, Jonah, o vas al grano o te despellejaré vivo.
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
مصاص دماءHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...