Capitulo 12

1.1K 63 14
                                    

Palacio real

Ethan y Aaran estaban sentados el uno al lado del otro, esposados y

atados a unas sillas de metal individuales. Una larga mesa

rectangular separaba a los dos primos de un robusto vampiro con

los brazos el doble de anchos que los de ambos. Llevaba un

uniforme rojo y negro, los colores de la guardia real.

La estancia era sombría, con cuatro paredes grises que

ascendían orgullosas hasta el alto techo de hormigón. En la pared

más cercana a Ethan había un espejo de cristales oscuros que la

recorría de punta a punta. Sabían que en realidad se trataba de un

cristal desde el que seguramente Atticus, Jonah y cualquiera de sus

secuaces observaban con atención a los Redfern.

Ethan sonrió con suficiencia cuando el musculoso vampiro

empezó a hablar para explicarles a ambos el reglamento. Miró a su

compañero de batallas desde que ambos habían aprendido a andar,

al tiempo que su primo lo miraba a él, devolviéndole la sonrisa.

Como Ethan había predicho, el guardia había empezado a

explicarles en qué consistiría su deber como guardias reales, lo que

deberían hacer y lo que no, sus necesidades y aquello que tenían

prohibido. El vampiro hablaba enfatizando las palabras y

advirtiéndoles de que jamás debían dirigirse a sus superiores a no

ser que éstos se dirigiesen a ellos primero; nunca debían tocar nada

que fuera propiedad del rey ni acostarse con sus mujeres... Bueno,

con su mujer. Ethan y Aaran sabían que a Atticus le daría

absolutamente igual si los pillaba con alguna de las doncellas.

De hecho, seguramente estaría encantado de pescar a Ethan

manteniendo relaciones con cualquier otra mujer y utilizarlo como

una forma de alejarlo de Evelyn.

Además, los primos sabían que esas reglas se aplicaban

principalmente a Ethan. Éste se preguntaba lo que haría Atticus si

en algún momento Aaran y Alice se encontraban solos en una

habitación. Ella ya estaba embarazada de él, y si el rey había

mantenido este hecho en secreto y no se lo había contado a

Marcus, seguro que no le molestaría que intercambiasen un par de

besos, ¿no?

«Podría hacer un montón de cosas para mantener ocupados a

Atticus y a sus secuaces mientras Aaran y Alice comparten unos

breves instantes de intimidad — se dijo—. Valdría la pena. No

debería ser nada demasiado osado, nada que pusiera a Eve en

peligro, sólo algo sospechoso que pusiera en alerta a todos esos

chupasangres.»

—¿Podemos saltarnos toda esa mierda e ir al grano? — preguntó

Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas EternasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora