Palacio real
Ethan y Aaran estaban sentados el uno al lado del otro, esposados y
atados a unas sillas de metal individuales. Una larga mesa
rectangular separaba a los dos primos de un robusto vampiro con
los brazos el doble de anchos que los de ambos. Llevaba un
uniforme rojo y negro, los colores de la guardia real.
La estancia era sombría, con cuatro paredes grises que
ascendían orgullosas hasta el alto techo de hormigón. En la pared
más cercana a Ethan había un espejo de cristales oscuros que la
recorría de punta a punta. Sabían que en realidad se trataba de un
cristal desde el que seguramente Atticus, Jonah y cualquiera de sus
secuaces observaban con atención a los Redfern.
Ethan sonrió con suficiencia cuando el musculoso vampiro
empezó a hablar para explicarles a ambos el reglamento. Miró a su
compañero de batallas desde que ambos habían aprendido a andar,
al tiempo que su primo lo miraba a él, devolviéndole la sonrisa.
Como Ethan había predicho, el guardia había empezado a
explicarles en qué consistiría su deber como guardias reales, lo que
deberían hacer y lo que no, sus necesidades y aquello que tenían
prohibido. El vampiro hablaba enfatizando las palabras y
advirtiéndoles de que jamás debían dirigirse a sus superiores a no
ser que éstos se dirigiesen a ellos primero; nunca debían tocar nada
que fuera propiedad del rey ni acostarse con sus mujeres... Bueno,
con su mujer. Ethan y Aaran sabían que a Atticus le daría
absolutamente igual si los pillaba con alguna de las doncellas.
De hecho, seguramente estaría encantado de pescar a Ethan
manteniendo relaciones con cualquier otra mujer y utilizarlo como
una forma de alejarlo de Evelyn.
Además, los primos sabían que esas reglas se aplicaban
principalmente a Ethan. Éste se preguntaba lo que haría Atticus si
en algún momento Aaran y Alice se encontraban solos en una
habitación. Ella ya estaba embarazada de él, y si el rey había
mantenido este hecho en secreto y no se lo había contado a
Marcus, seguro que no le molestaría que intercambiasen un par de
besos, ¿no?
«Podría hacer un montón de cosas para mantener ocupados a
Atticus y a sus secuaces mientras Aaran y Alice comparten unos
breves instantes de intimidad — se dijo—. Valdría la pena. No
debería ser nada demasiado osado, nada que pusiera a Eve en
peligro, sólo algo sospechoso que pusiera en alerta a todos esos
chupasangres.»
—¿Podemos saltarnos toda esa mierda e ir al grano? — preguntó
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...