La muchacha dejó escapar un suspiro, creyéndose a salvo.
«Toda tuya», le dijo Lucifer a Atticus.
Sus palabras hipnotizaron al rey y, pese a que éste había
querido hacer lo correcto, intentando que el amor que sentía por
Evelyn lo ayudase a conseguirlo, se encontró indefenso.
Fuego contra fuego. Siempre había uno que brillaba con más
intensidad, con más fuerza.
Se sentía en llamas, cada bocanada de aire era costosa.
Le temblaban las manos.
«Toda tuya.»
«Toda mía.»
«Eres el rey.»
«Soy el rey.»
«Es tuya.»
«Es mía.»
«No la dejes ir.»
«No... — Dio un respingo—. No la dejaré ir.»
«No la dejes ir.»
«La quiero.»
«No la dejes ir.»
Con los puños apretados, Atticus vio a Evelyn entrar, el pelo
despeinado por el viento, el corazón latiéndole a mil para poder
aclimatarse a la nueva temperatura.
—¿Dónde has estado? — preguntó con expresión neutra, aunque
la frialdad de su tono resultó amenazadora.
Al oír aquella voz, la del hombre que la atormentaba en sus
peores pesadillas, el hombre que se lo había arrebatado todo, dejó
escapar un grito ahogado. Su corazón se aceleró y las manos
comenzaron a temblarle, sus pupilas dilatadas como las de un
cervatillo cegado por los faros de un coche.
«Toda tuya.»
Atticus se pasó la lengua por los labios.
«Suave, dulce y deliciosa. Mírala. Recuerda cómo te sientes al
tocarla, al poseerla, al meterte entre sus piernas. Es tuya», oyó que
le decía la voz de Lucifer de nuevo, seductora, apelando a la parte
que más odiaba de sí mismo.
Como la serpiente que sedujo a Eva, Lucifer seducía a Atticus
apelando a su orgullo, a su naturaleza egoísta, a su infinito poder:
«Tienes el mundo a tus pies, ¿por qué no tenerla a ella también?
Haz que te ame, enséñale, fóllatela hasta que lo haga. No es más
que una humana, una patética humana sin valía. Basura. Piensa en
tu bebé, el bebé dentro de ella, en Dara, tu hija, y en Romeo, tu hijo.
Son tus niños, son tu sangre. Tuyos. Los dos. Siguen vivos, sus
corazones siguen latiendo. Son fruto de tu semilla, no es tan fácil
destruirlos con cualquier veneno. Puedes salvarlos. Puedes ser
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...