Evelyn no gritó. Todo cuanto hizo fue dar un paso atrás presa del
pánico. Pero entonces su pie chocó con algo oculto entre las
sombras.
Cayó al suelo y Lucifer contuvo las ganas de reír.
—Lo siento — se disculpó meneando la cabeza. Había un brillo
travieso en sus ojos—. Era demasiado tentador, no he podido
resistirme, disculpa. Toma — le ofreció su mano para levantarse.
Ella lo miró incrédula. El corazón le latía con fuerza en el pecho.
El hombre que tenía delante era la criatura más peligrosa del
universo. Más que Atticus, aunque le costaba creer que eso fuera
posible. Y allí estaba, poniéndole la zancadilla y riendo su propia
gracia para luego ofrecerle la mano y ayudarla a levantarse como si
fuesen viejos amigos.
Lucifer sonreía de oreja a oreja, y de algún modo su sonrisa era
mucho más terrorífica que su mirada.
Evelyn no le tomó la mano y, pese a lo que le dictaba su instinto
primario, tampoco salió corriendo. En parte porque sabía que Lucifer
le daría caza enseguida, pero también porque cuando había mirado
a su alrededor se había dado cuenta de que lo único que los
rodeaba era la oscuridad más absoluta. Aparte de ellos dos, no
había más señales de vida, ni sonidos, ni luces: nada. Sólo negrura
hasta donde alcanzaba la vista y más allá. No podía correr porque
no había ningún lugar hacia el que pudiese dirigirse.
Sin ganas, se incorporó y miró con gesto desafiante a Lucifer
para preguntarle lo que cualquier mente lúcida le habría preguntado
al notar cómo el mundo a su alrededor se desvanecía como si se lo
hubiese tragado un agujero negro.
—¿Dónde estoy? — Su voz era grave y apenas audible.
Lucifer le sacó la lengua, juguetón. Luego continuó sonriendo.
Era una sonrisa casi genuina.
—¿A ti qué te parece?
Evelyn volvió a mirar a su alrededor y luego a él.
—No lo sé — respondió insegura—. ¿Estoy soñando? Esto es un
sueño, ¿no? Este lugar no puede ser real.
Lucifer asintió.
—Jonah y los demás no te tratan como mereces. Eres mucho
más inteligente de lo que ellos creen. Puede que seas un poco
ilógica en tus reacciones, pero tampoco eres la luz menos brillante
del árbol de Navidad — dijo, y volvió a tocar la cabeza de Evelyn
como si acariciase a un perro.
Ella frunció el ceño. Toda aquella situación era absolutamente
surrealista.
—Entonces ¿esto es un sueño?
—Sí.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...