Amor.
¿Cómo se quiere a alguien?
¿Qué diferencia el amor del deseo?
¿Cómo de lejos se está dispuesto a llegar por amor?
La mano de él descansaba sobre el pelo de ella y la de ella
sobre el de él.
Él la acercó y ella hizo lo mismo.
Su beso fue como ningún otro. Empezó despacio, labios contra
labios, casi inocente. Pero luego, a medida que ambos saborearon
por primera vez la pasión escondida en sus subconscientes, se hizo
más profundo y comenzaron a besarse desesperados, hambrientos.
Evelyn notó un calor en el pecho y su corazón se aceleró. Notar
los labios de Hansel contra los suyos no estaba bien, pero... sentía
que era lo correcto.
Era peligroso, ambos eran conscientes de ello.
No debían besarse, lo sabían.
Estaban arriesgando sus vidas por aquel pequeño aunque
placentero gesto y lo sabían.
Deberían haberse apartado, era lo que debían hacer, pero no
podían.
Permanecieron abrazados. Evelyn deseaba quitarse el abrigo.
Quería sentirlo cerca. Ambos estaban poniendo en juego mucho
más que sus propias vidas, pero ninguno de los dos quería parar.
En ese momento, una explosión de calor, de dicha y de alegría
invadió el pecho de los amantes. Era por instantes como ése por lo
que merecía la pena vivir.
Las normas estaban hechas para saltárselas. La felicidad estaba
al otro lado de las barreras que los enclaustraban. A veces había
que luchar por lo que uno quería, jugárselo todo a una carta,
disfrutar de la felicidad que uno merecía.
Sin embargo, por muy encantador que resultó el momento,
también fue la primera grieta en la fina capa de hielo que cubría el
océano de desgracias en el que se encontraban Hansel y Evelyn.
Segundo a segundo, el tiempo pasaba. Con el otro entre sus
brazos, a ninguno de los dos parecía importarles. Hacía mucho que
Evelyn no sentía aquella especie de delirio de felicidad.
El beso la había dejado sin aliento.
Hansel la había dejado sin aliento.
Se aferraba a él como si su mente dependiera de ello.
Cuando por fin se separaron un poco, la muchacha estaba sin
aliento.
Su corazón cabalgaba desbocado en su pecho. Sus pulmones
se expandían y se contraían, luchando desesperadamente por
obtener todo el oxígeno que su cuerpo necesitaba.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...