Nora Blackburn. Atticus sabía poco de la hermana mayor de Evelyn.
Se acordaba de haberla visto cuando había visitado la mansión de
la familia aquella vez.
Recordaba que ambas se parecían. Compartían rasgos
similares: el pelo oscuro, la piel pálida y los ojos azules. Pero ahí
acababa el parecido. Aparte de los rasgos físicos, Nora no tenía
nada que ver con su hermana. Aquella chica interesada, cruel y
manipuladora no se parecía en nada a su Evelyn.
El rey reprimió el gruñido que se le acumuló por instinto en la
garganta cuando la muchacha entró en su despacho. Sabía cómo
trataba a Evelyn, cómo la acosaba y usaba la culpa para
manipularla. El rey despreciaba a Nora, y si no hubiera sido la
hermana de Evelyn seguramente la habría matado hacía tiempo.
Pero no acababa con ella porque eso crearía una distancia
infranqueable entre él y su amada. Por si Evelyn no lo odiaba ya lo
suficiente, la muerte de su hermana acabaría de asestarle el golpe
de gracia.
Estuvo a punto de ordenarle a Nora que se fuera, no quería a
alguien tan mezquino y desagradecido en su despacho. Pero
entonces vio su cara.
Por un momento, reconoció en su rostro un destello de Evelyn.
Por un momento, dolor y alegría recorrieron su cuerpo a la vez. La
muchacha desagradable, vengativa y repelente que tenía delante se
transformó en su ángel, y el corazón de Atticus dio un vuelco.
—Mi rey...
Nora le sonrió seductora.
La ilusión que la había convertido en Evelyn se desvaneció en el
mismo instante en que abrió la boca.
«No es Evelyn», se recordó Atticus.
—Bien, Nora. — Jonah le puso la mano en la parte baja de la
espalda—. Tu hermana se ha estado portando mal y ha hecho
enfadar bastante al rey. Creo que lo más apropiado sería que lo
compensaras por ello...
Atticus lo interrumpió:
—Jonah, no necesito ningún tipo de preliminares narrados.
—No, tiene razón — intervino Nora—. Yo pagaré por los errores
de mi hermana.
Y, sin previo aviso, se despojó de la capa que llevaba y dejó al
descubierto su cuerpo desnudo.
Le sonrió a Atticus. Nora siempre había estado orgullosa de su
cuerpo, de cintura estrecha y curvas en los lugares donde debían
estar. Siempre había creído que su cuerpo era mucho más seductor
y atractivo que el de Evelyn. La muchacha se irritó al pensar en su
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Un Amor Oscuro Y Peligroso - Almas Eternas
VampireHay dos Atticus: el monstruo poseído por la Oscuridad, que le utiliza como puerta de entrada para destruir el mundo, y el vampiro que lucha contra las fuerzas malignas para recuperar su alma. Evelyn sabe que para recuperar su libertad y salvar el mu...