여섯:6

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La noche del sábado finalmente había llegado. JungKook llegó a casa de MinHo junto con JiEun y SeungWan. Tuvo que haber disimulado su incomodidad casi todo el camino, pues SeungWan no era muy disimulada con las miradas y sonrisas insinuantes que le dedicaba a JiEun y a él. Además de que las únicas que habían hecho algo de conversación habían sido ellas dos, mientras que JungKook sobraba al lado de ellas.

SeokJin, por su lado, había llegado veinte minutos antes. Agradecía que Jackson nunca llegaba a esas fiestas y así él no podía privarse de ir. Suficiente con aguantarlo en el instituto, no tenía por qué hacerlo fuera de él.

Había llevado una botella de vodka que SeungWoo le había ayudado a comprar. El anfitrión de la fiesta lo felicitó y le agradeció por ello. Luego de eso, MinHo aprovechó en verter casi toda la botella en un recipiente junto con limonada y soda. Después de eso, casi todos los invitados portaban un vaso rojo desechable en sus manos con aquel líquido dentro de ellos.

Las luces de la casa se podían regular desde el interruptor con facilidad, por lo que se encontraban medio bajas las pocas que sí estaban encendidas. Era una casa grande, de dos niveles. La fiesta, por supuesto, estaba en el primer nivel. No obstante, siempre podían encontrarse algún par de personas en la planta alta para buscar un lugar más privado de lo que era la sala, cocina, el patio delantero o el trasero donde se encontraba la piscina. La música estaba a un nivel un poco más alto del moderado, pero no parecía importarle a nadie. En realidad todos estaban disfrutando del momento o eso era lo que se mostraba a simple vista.

JungKook llegó al área del desayunador, donde JiEun y SeungWan se habían detenido a conversar. El chico miró a los lados, no prestando atención a lo que las chicas hablaban. Ciertamente se sentía un poco aburrido.

—JungKook, ¿quieres un poco? —preguntó JiEun, ofreciéndole un vaso desechable con alcohol.

—No, gracias. Estoy bien —negó gentilmente, pues su padre le había prohibido estrictamente tomar una sola gota de alcohol si es que se lo ofrecían. Y tampoco pensaba desobedecer.

Miró a las dos chicas beber con suma despreocupación mientras seguían conversando. JiEun ni siquiera hacía un esfuerzo por incluirlo en la plática, pero en realidad eso era lo de menos, solo esperaba que no se embriagaran porque en ese caso JungKook no sabría qué hacer. Después de todo habían llegado ahí con él, por lo que también estaban bajo su cuidado de alguna forma si es que algo como aquello sucedía.

Regresó su vista hacia las otras personas que habían por ahí cerca. Y de repente, casi como si fuese su salvación, divisó a TaeHyung adentrarse a la casa desde el patio trasero. El chico iba en camino a la cocina cuando sus ojos se detuvieron en su mejor amigo.

—¡Santa mierda! —esbozó una sonrisa mientras se acercaba al pelinegro—. ¿Por qué no me dijiste que vendrías? Pudimos habernos venido juntos.

—Lo siento —sonrió mientras hacían su típico saludo con las manos, que en realidad era más un choque de puños—. Tampoco estaba seguro de venir, pero al final he venido con JiEun y SeungWan.

—Oh, ya entiendo —sonrió con cierta picardía mientras le dirigía una fugaz mirada a JiEun y luego a su amigo. La chica no le prestó la mínima atención, por lo que TaeHyung tampoco se esforzó en saludarla—. Oh —cambió rápidamente de tema—. ¿Quieres saludar a HyunBin? Está esperándome cerca de la piscina.

JungKook estaba por responder cuando JiEun velozmente se giró hacia ellos para meterse en la conversación.

—¿Qué? No, no —negó con la cabeza, abrazándose al brazo derecho del pelinegro—. No vas a dejarnos solas, ¿cierto? —fingió un pequeño puchero—. Viniste aquí con nosotras, no puedes hacernos esto.

Perfect Boy ✦ ≪JinKook≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora