마흔하나:41

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Esa mañana JungKook saludó a su familia cuando llegó al comedor. Mientras caminaba hacia su asiento, aprovechó que iba pasando detrás de su hermana para colocar una mano sobre su cabeza. Esperaba que JiWoo se quejara y le dijera que la estaba despeinando, pero eso no sucedió.

JungKook no le tomó importancia al inicio, pues era consciente de que el humor de su hermanita cambiaba mucho con cada día que pasaba. No es que él no hubiera cambiado desde que inició el año, pero al menos lo disimulaba un poco mejor.

—¿Cómo te sientes? —preguntó HyeKyo mientras que con el cuchillo partía en trozos pequeños su pancake.

—¿A qué te refieres? —dijo JungKook, confundido.

—Tu dolor de estómago de anoche. ¿Te sientes mejor?

—Ah —volteó a ver a JiWoo. La chica seguía en total silencio y con la mirada en su plato, pero a pesar de eso, JungKook sabía que su hermana se había inventado esa excusa para evitar que sus padres supieran que no estaba en casa—. Bien, desperté mejor. Ya no siento dolor —sonrió.

—Es bueno saberlo, porque mañana iremos a casa de su abuelo —dijo SeungWoo—. Es su cumpleaños y quiere cenar con nosotros.

El lugar se inundó en un incómodo silencio. A nadie le gustaba ir donde JoonHo, pero sabían que debían hacerlo por obligación.

JungKook volvió a ver a su hermana. JiWoo era quien más demostraba su desagrado por ir donde su abuelo, en especial porque este era muy criado a la antigua y siempre hacía que en las cenas JiWoo y HyeKyo fueran quienes sirvieran la comida a todos y las que debían levantar los platos y limpiar hasta dejar todo impecable, tal como lo harían las buenas amas de casa. Y ella odiaba ser vista así. Ella podría levantar los platos por educación y cortesía, pero no porque un anciano al que apenas veía unas cuatro veces al año se lo ordenara.

Sin embargo, contrario de lo que JungKook esperaba, ella ni siquiera se inmutó por la noticia. Eso ya le había parecido más extraño. Y se fue preocupando más cuando no volteó a verlo ni le dirigió la mirada una sola vez en toda la mañana ni en el camino al instituto. Tampoco usó su celular durante el desayuno ni respondió a algún que otro comentario de SeungWoo como acostumbraba a hacerlo últimamente.

—Oye —la tomó del brazo cuando llegaron a la escuela. La chica se giró hacia él, pero seguía con la mirada gacha—. Gracias por haberme ayudado anoche —su hermana solo asintió y se dispuso a seguir caminando, pero él volvió a detenerla—. ¿Estás bien? ¿Pasó algo en casa mientras no estaba?

—Estoy bien —se soltó del agarre y continuó caminando.

JungKook esta vez no intentó pararla, solo la vio alejarse y soltó un sonoro suspiro. Aquello no le había sonado nada convincente.

No obstante, la vibración de su celular lo distrajo de sus pensamientos. Lo sacó del bolsillo de su pantalón para averiguar de qué se trataba.

Perdedor
Veámonos en el baño

JungKook ni siquiera lo pensó cuando ya estaba caminando en esa dirección.

A pesar de la cantidad de baños que había en todo el instituto, él sabía perfectamente a cuál se refería el castaño, pues siempre era el mismo en el que se habían dado su primer beso.

SeokJin ya estaba ahí para cuando llegó. El castaño lo tomó del brazo y lo dirigió hasta la pared del fondo, cerca del último lavabo.

—Quería verte —dijo SeokJin—. Ayer ni siquiera nos despedimos.

—Yo quiero disculparme —se apoyó en la pared mientras tomaba una de las manos del castaño—. Las cosas que dije fueron...

—Estabas asustado —le interrumpió. Colocó su mano libre en la mejilla de su novio—. Está bien, olvidémonos de eso.

Perfect Boy ✦ ≪JinKook≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora