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Regresaron a casa luego de salir del centro comercial por petición de SeokJin, pues lo único que el castaño quiso en ese entonces fue tomar un baño, ya que aún seguía sintiéndose pegajoso por la bebida que le habían derramado encima.

Luego de ducharse, tomó una siesta junto a su novio.

Hicieron el amor luego de despertarse una hora y media después. JungKook al parecer no había mentido cuando le dijo que le gustaba hacerlo muy seguido, a SeokJin realmente no le ocasionaba un problema, pues también era una persona activa y eso hacía que congeniaran muy bien en ese ámbito. Sentía que jamás se aburriría de estar en la cama con él, cada vez era una experiencia única que les hacía alcanzar el éxtasis.

Contrastando con el tipo rudo que estaba a punto de partirle la cara a un anciano horas atrás, ese día en especial JungKook tenía muchas ganas de ser mimado, por lo que el sexo fue más suave y cariñoso de lo que estaban acostumbrados. Hubo más palabras amorosas que comentarios sucios, la voz del pelinegro se escuchaba más dulce y aguda de lo usual y se comportaba de manera más sumisa, además de demandar más caricias, besos o cualquier tipo de contacto. A SeokJin le sorprendió ese cambio de humor, pero no podía decir que le disgustó verlo tan entregado a él.

Cuando el acto terminó, JungKook se rehusó a separarse de su novio y le exigió a este que tampoco se fuera de su lado. Para SeokJin fue algo demasiado tierno, en especial porque JungKook ya no solía ser tan meloso en la intimidad, por lo que tampoco se rehusó en ningún momento.

Así que, de nuevo, el castaño se encontró en el baño, con la diferencia de que ahora JungKook le estaba haciendo compañía dentro de la tina del baño que tenía el dormitorio desocupado, pues la habitación de ellos solo poseía una ducha.

Ambos estaban en completo silencio, las luces estaban apagadas y el lugar era iluminado gracias a varias velas aromáticas que habían encendido para dar un poco de ambiente. La música se reproducía mediante el celular del castaño, que había dejado encima del tocador. El sonido y la sensación del agua era más que gratificante. JungKook estaba sentado en medio de las piernas de SeokJin, tenía su espalda recostada en el pecho del castaño y descansaba su cabeza en el hombro derecho de este. SeokJin le acariciaba su húmedo cabello, y dejó un beso en su sien.

—¿En qué piensas? —preguntó SeokJin con voz suave—. Estás más callado de lo usual.

—En lo que sucedió hace rato —dijo, sin quitar la mirada del techo.

—¿Cuando te mordí el trasero antes de venir aquí? —rio bajo—. Oye, tú me retaste.

—¡Pensé que lo decías de broma! —se quejó—. Pero no estaba pensando en eso —negó con la cabeza reiteradas veces—. Sino en lo que sucedió en el parque —soltó un ligero suspiro.

—Cariño, te he dicho que te olvides de eso, lo más seguro es que no volvamos a ver a ese anciano en nuestras vidas.

—Lo sé, pero eso me hace pensar que será más difícil hacer nuestra vida como pareja aquí. No quiero ocultarte, quiero poder tomarte de la mano donde sea que quiera y besarte cada vez que tenga ganas de hacerlo, sin pensar en que alguien pueda agredirnos por ello o que piensen que estamos tratando de corromper a sus niños. ¿Qué pasa si quiero comprarte el anillo de compromiso aquí? ¿Me lo venderían si saben que es para otro hombre? —hizo un mohín—. Ni siquiera podemos casarnos.

—Aquí no, pero podemos hacerlo en Australia —sonrió ligeramente—. ¿Sabes? Conocer tu faceta de "no quiero que nadie me relacione contigo" y tu faceta de "quiero que todos nos vean como pareja y casarme contigo" sigue siendo un poco cómico.

—Estaba muy idiota a los 17, ¿sí? No tienes que recordármelo tan seguido —sintió el pecho de SeokJin vibrar a causa de otra ligera risa.

—Ahora tengo una terrible duda —mordió su labio inferior, intentando no soltar una carcajada.

Perfect Boy ✦ ≪JinKook≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora