❝Jeon JungKook, un chico de 17 años. Popular en el instituto, se consideraba el orgullo de sus padres y un buen ejemplo a seguir para su hermana menor.
Un buen amigo, buen estudiante, un joven con muchas aspiraciones.
No se metía en problemas, no d...
SeungWoo tenía alrededor de diez minutos esperando a su cliente dentro de un restaurante. Iban a verse para hablar y aclarar algunos aspectos sobre su divorcio.
No había ordenado nada más que una limonada para perder un poco el tiempo mientras que también revisaba unos documentos.
Cuando sonó la campanilla de la puerta, alzó la mirada y se encontró con la persona que esperaba. Abandonó lo que hacía, y se puso de pie para poder saludar a la mujer de manera más cordial.
—Lamento la tardanza —dijo ella—. Tuve problemas con mi auto y mi hermano me ayudó a llegar aquí. ¿Está bien si él se queda a acompañarnos?
—Por supuesto que sí, señora So —le sonrió cortésmente—. No hay ningún problema con eso.
—Gracias —tomó asiento en una de las dos sillas que se encontraban en el otro extremo de la mesa—. Él se quedó estacionando el auto, vendrá en un minuto.
Una mesera llegó donde ellos para entregarles el menú. Mientras SeungWoo le pedía otro vaso con limonada, el hermano de la señora So llegó donde ellos. SeungWoo abrió la boca para saludarlo, pero tan pronto se dio cuenta de quién era, perdió la fuerza para hablar. Incluso la sonrisa amable que mantenía, se esfumó de su rostro.
Ambos hombres quedaron petrificados al reconocerse. Jeon SeungWoo nunca se imaginó que el hermano de su cliente, sería ese asistente del que se había enamorado cuando era joven. Es más, ni siquiera se planteó la idea de volver a verlo alguna vez.
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—Sí, SuJi. De verdad estoy bien —respondió SeokJin por quinta vez.
Por primera vez desde que se fue de casa, tomó el valor para poder hablar con alguien de su familia, y esa persona había sido su hermanastra, pues era la única con la que tenía cierto grado de confianza, aunque a veces pudiera ser un poco duro con ella.
—Por favor, vuelve. No es lo mismo sin ti. Mamá y yo estamos muy preocupadas por ti.
—¿Y papá? —el silencio del otro lado de la línea telefónica no sorprendió al castaño, pues supo la respuesta antes de siquiera preguntarlo en voz alta—. Ya debo colgar.
—Jin, aguarda. Por favor dime dónde te has estado quedando. Al menos así estaré un poco más tranquila.
SeokJin aguardó unos segundos, pensando en si decirle la verdad completa o solo la verdad a medias. Al final optó por la segunda opción.
—En casa de JungKook. Debo irme, ¿sí? Cuídate.
—Tú también.
Apartó el celular de su oreja y tocó el botón de colgar. En ese preciso momento recibió otra llamada, sin embargo, esta vez no se trataba de su hermanastra o algún amigo suyo, se trataba de JungKook.
