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JungKook no podía salir de su desconcierto. ¿Qué demonios hacía Kim SeokJin ahí, frente a él? Por un minuto se planteó que no era real, pero demonios, sí lo era.

No sabía qué hacer o qué decir. Ni siquiera sabía qué sentir al verlo ahí, siempre pensó que su camino y el de SeokJin se encontrarían separados de por vida. No esperaba volver a verlo alguna vez.

Pero ahí estaba. Tenía tantos sentimientos encontrados, que seguía sin poder reaccionar. Y por alguna extraña razón se sintió como el JungKook de ocho años atrás.

—H-hola —saludó SeokJin al notar que el pelinegro no parecía estar dispuesto a decir o hacer algo—. Y-yo, ahm... —se sintió cohibido por un momento, ya no sabía si había sido buena idea estar ahí. Bajó la mirada a las flores, recordando que las seguía cargando hasta ese entonces—. He visto que algunas personas regalan flores a los actores después de la función, así que... —dubitativo, le ofreció el ramo de flores.

—No... no era necesario —respondió, aún extrañado. Tomó las flores y las dejó a un lado de donde tenían el maquillaje—. ¿Qué haces aquí? —frunció ligeramente el ceño, sin molestarse en tener algo de tacto en lo que decía.

SeokJin estaba tan nervioso que incluso sentía que las manos le sudaban.

—Me encontré con JiMin poco después de llegar de Australia. Me dijo que estarías en esta obra y... quise venir a verte —le observó un poco. Definitivamente había cambiado mucho, al menos a nivel físico que era lo que SeokJin podía notar en ese momento. Sus tatuajes, todos sus piercings, su cabello largo que llevaba atado en una media coleta, y su cuerpo evidentemente bien trabajado. Ahora entendía lo que JiMin había dicho la última vez que hablaron. Sin embargo, también había notado algo que le desalentó un poco: ya no tenía esos hermosos y brillantes ojos de cervatillo que hasta cierto punto denotaban inocencia. Supuso que había sido como consecuencia de crecer y madurar, así que lo tomó como algo normal y solo elevó las comisuras de sus labios en una sonrisa—. Te ves muy bien.

—Gracias.

JungKook tenía la mente en blanco, incapaz de añadir algo más a esa extraña e inesperada conversación.

SeokJin bajó la mirada, sin saber qué más decir. JungKook estaba siendo cortante, y a diferencia de JiMin, no estaba nada emocionado por haberse reencontrado después de tanto tiempo. Aunque por supuesto SeokJin podía entenderlo, tampoco esperaba que lo recibiera con globos y confeti.

—Perdón. Creo que merecías saber de antemano que vendría. No era mi intención incomodar. Así que... creo que mejor me voy. Ahm, fue un gusto verte —y sin esperar una respuesta, SeokJin se retiró.

JungKook suspiró profundamente, sintiendo que ya podía respirar con normalidad otra vez.

Sintió su celular vibrar, y no perdió tiempo en alzarlo para ver la notificación.

YeonJun
¿Nos vemos en media hora?

El pelinegro se quedó viendo el texto, sin tener idea de qué responder. Hacía un par de horas estaba más que dispuesto en ir a verlo y tener una buena velada con él.

Pero ahora ya no se sentía tan seguro de ello. Miró hacia la puerta por donde había salido SeokJin y luego volvió a bajar la mirada al chat de YeonJun.

No podía creer que de verdad lo estaba considerando. Había un chico que le atraía por fin, y en lugar de pensar en él, ahora pensaba en Kim SeokJin. Debía ser una broma. SeokJin aparecía en su vida en los momentos menos oportunos, ahora podría asegurarse de ello.

Perfect Boy ✦ ≪JinKook≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora