쉰아홉:59

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YoonSeo había abrazado a SeokJin en cuanto lo vio esa mañana y lo había consentido con uno de sus desayunos favoritos. No le importaba el pleito que hubo entre él y su futuro esposo, lo que le importaba era que había regresado a casa. No se imaginaba el dolor que sentiría si SuJi se hubiese ido de esa manera por tantos días y sin siquiera saber dónde estaba o si se encontraba bien o mal. Sentía que esa era una de las peores pesadillas para un padre.

O al menos un padre normal, porque TaeGon siguió actuando como si SeokJin jamás se hubiese ido. Siguió ignorando su presencia como siempre, pero curiosamente eso fue algo que SeokJin agradeció, pues a decir verdad pensaba que recibiría otro golpe al volver a casa. Para suerte suya, no fue así.

JungKook, por su parte, había dormido en casa de TaeHyung. Nunca pensó que su manera de reconciliarse sería llegando a su apartamento llorando como si un familiar se le hubiese muerto. TaeHyung no preguntó nada al inicio, pero supo que si JungKook lo había buscado en ese estado, era porque había ocurrido algo grave para él.

A pesar de sus diferencias, en ningún momento se le pasó por la cabeza rechazarlo. JungKook había sido su mejor amigo desde su infancia, no iba a ser tan despiadado como para dejarlo a la deriva con el corazón roto. Aunque hubiesen discutido y actuado como un par de neandertales, estaba claro que seguían sintiendo cariño por el otro.

Cuando JungKook llegó a su casa esa mañana, agradeció no haber visto ningún rastro de su padre.

Desayunó con su hermana y su mamá, pero ni una sola palabra salió de su boca. Su mirada se veía apagada y era como si toda viveza hubiese abandonado su cuerpo. HyeKyo no se atrevió a hacerlo hablar, no era porque no le importara, ni porque no sintiera la necesidad de preguntarle muchas cosas o porque no le hubiese sorprendido que su hijo era homosexual, pero su hijo estaba experimentando una terrible traición por parte de su padre y del chico que era su novio, y sentía que JungKook necesitaba un poco de espacio para poder sobrellevar el dolor a su manera.

Cuando SeokJin entró al salón de clases, JungKook ya se encontraba allí. El pelinegro ni siquiera volteó a verlo una sola vez, ni siquiera por error. Ahora literalmente era como si jamás hubo algo entre ellos, habían regresado a la dinámica de cuando JungKook no había necesitado de las tutorías de SeokJin y eran unos completos desconocidos, quienes solo se sabían el nombre del otro porque eran compañeros de clase.

SeokJin también tenía el corazón roto, pero no podía hacer nada más que maldecirse y sentir asco por sí mismo. Sentía que se había convertido en esos tipos que tanto lo habían dañado a él, pero esta vez la persona que resultó dañada fue JungKook.

Y así, transcurrieron cuatro semanas.

JiSub detuvo el auto en el estacionamiento del que disponía el edificio

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JiSub detuvo el auto en el estacionamiento del que disponía el edificio. Se inclinó un poco hacia adelante para observar mejor por el vidrio delantero la fachada del establecimiento. Eran las 9 de la noche y el lugar estaba un poco retirado de la ciudad, por lo que no contaba con mucha luz alrededor. En realidad, la mayor fuente de luz venía del gigantesco letrero donde se podía leer el nombre del lugar.

Perfect Boy ✦ ≪JinKook≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora