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JungKook entró a pasos torpes junto a un chico de cabello rojo que había conocido esa noche en un bar. Era un año menor que él, vivía en Daejeon, pero andaba de visita por la capital, le había dicho su nombre pero no lograba recordar cuál era, y sinceramente a JungKook no le interesaba mucho hacerlo.

El chico cerró la puerta de la habitación de hotel antes de que el pelinegro lo tomara de la camisa y lo atrajera hacia él para volver a besarlo.

Retrocedieron hasta llegar a la cama matrimonial, donde JungKook cayó sobre el colchón y el chico se colocó sobre él, con las piernas de ambos entrelazadas. Se besaron con mucha desesperación. En medio del calor y junto con sus respiraciones pesadas, iniciaron a quitarse prenda por prenda.

Una vez que ambos se encontraban en ropa interior, JungKook cambió las posiciones para acomodarse encima del chico. Las manos del pelirrojo se pasearon por toda la espalda de JungKook y bajaron lentamente hasta llegar a su trasero. Amasó sus nalgas a la vez que hacía que sus entrepiernas hicieran más fricción, cosa que hizo jadear y sonreír al pelinegro.

Se levantó solo un minuto para quitarse el bóxer negro que traía puesto, el chico pelirrojo hizo lo mismo con su propia ropa interior. Cuando los dos estuvieron desnudos, ninguno disimuló cuando bajaron la mirada al miembro del contrario.

—Vaya —dijo el chico frente a JungKook, con una sonrisa pícara.

—¿Soy yo o te brillaron los ojos? —se burló mientras se inclinaba para besarlo nuevamente—. Descuida, seré gentil... al inicio —susurró y soltó una baja risita sobre los labios contrarios.

El chico sonrió también, pero luego de procesar esas palabras, frunció un poco el ceño. Ladeó la cabeza en muestra de confusión.

—Querrás decir que yo seré gentil contigo, ¿no?

JungKook también frunció el ceño. Se enderezó, quedando de rodillas y viendo fijamente al otro.

—¿No eras versátil?

—No —se incorporó levemente, apoyando los codos en el colchón—. ¿No eres pasivo?

—¿Acaso no lo notaste? —alzó una ceja.

—Créeme, si lo hubiese notado no estaría aquí.

La habitación se inundó de un silencio demasiado incómodo, incluso el calor y la excitación habían desaparecido por completo.

—Tal vez debería irme —dijo el pelirrojo.

—Sí —asintió mientras se sentaba a la orilla de la cama.

El tipo recogió toda su ropa. Aún en silencio se tomó su tiempo para colocarse cada una de ellas. JungKook se levantó y, sin siquiera molestarse en ponerse algo encima, se dirigió hacia el pequeño refrigerador del que disponía la habitación. Tomó una de las cervezas, después de abrirla con la mano regresó a sentarse en la cama.

—Adiós —dijo el chico tras tomar su chaqueta y caminar hacia la puerta.

—Hasta nunca —respondió antes de tomar un trago de la cerveza.

Suspiró con pesadez luego de escuchar la puerta ser cerrada. Tomó otro largo trago de cerveza, se puso de pie para recoger su pantalón y tomar el celular.

Ese día en específico había sido un poco largo para él. Quería deshacerse del estrés follando con alguien, y no pensaba quedarse con la decepción de hacía unos minutos.

JungKook no era una persona de aplicaciones, le gustaba conocer a las personas de manera más tradicional, tal vez en un bar, una discoteca o donde sea que se le diera la oportunidad, ya fuera en un supermercado, el gimnasio, etcétera. Pero en ese momento no tenía ganas de salir a otro bar para ligar con alguien, sentía que ya había desperdiciado mucho tiempo y necesitaba algo más rápido, alguien quien aceptara sin rechistar.

Perfect Boy ✦ ≪JinKook≫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora