❝Jeon JungKook, un chico de 17 años. Popular en el instituto, se consideraba el orgullo de sus padres y un buen ejemplo a seguir para su hermana menor.
Un buen amigo, buen estudiante, un joven con muchas aspiraciones.
No se metía en problemas, no d...
Como era de imaginarse, SuJi enfureció al ver la escena. Era comprensible si su prometido se encontraba sangrando a causa de un golpe causado por alguien más intencionalmente.
—¿Qué mierda? —se acercó a JungKook y lo empujó con brusquedad, haciéndolo retroceder un par de pasos—. ¡Quiero que te largues de mi casa!
SeokJin tomó a su novio de la cintura, posicionándolo detrás de él con intenciones de protegerlo.
—SeokJin, yo... —susurró JungKook.
—Ahora no —ordenó SeokJin antes de voltear a ver a su hermana—. Sé que estás molesta, pero tratemos de tranquilizarnos un poco, ¿sí?
—¿Estás bromeando? —espetó ella, viendo a su hermano con el ceño fruncido—. Lo único que quería era una maldita cena, no que tu estúpido... lo que sea —señaló a JungKook—. Viniera a golpear a mi prometido.
—SuJi, está bien —dijo Jackson con algo de dificultad, llamando la atención de los otros tres—. Está bien —repitió antes de escupir un poco más de sangre—. Yo le dije que lo hiciera.
—¿Estás loco? ¿Por qué hiciste eso?
—Un ajuste de cuentas —respondió con la respiración algo pesada y haciendo muecas de dolor. Subió la mirada hacia SeokJin, a quien tampoco había visto después de la graduación y que ahora parecía estar estupefacto por la escena—. De verdad lamento todo lo que les hice, espero que después de esto sí puedan perdonarme —posó su mirada en JungKook, quien asomaba la cabeza detrás del cuerpo del castaño—. Creo que me aflojaste un diente.
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Así fue como terminaron en las afueras de una clínica. Jackson y SuJi estaban adentro, mientras que ellos se habían quedado esperándolos dentro del auto, con SeokJin colocando una compresa sobre los nudillos de JungKook.
—Eres increíble —dijo SeokJin, recriminándolo—. De verdad, eres increíble.
—Lo hice por ti —musitó.
—No, lo hiciste por ti. En ningún momento te dije que deseaba que lo golpearas y que lo enviaras a hacerse una cirugía de implante dental antes de su boda —subió la mirada hacia el pelinegro cuando escuchó un ligero quejido proveniente de él—. Oh, lo siento, ¿te duele mucho la mano, amor? Pobrecillo.
—Ya, Jinnie —se quejó—. No necesito tu sarcasmo ahora.
—SuJi está muy molesta.
—En mi defensa, Jackson sí me dijo que lo hiciera, solo no medí la fuerza —hizo un pequeño puchero—. Pensé que eso te haría sentir mejor, perdón.
—Bueno —soltó un ligero suspiro—. No te equivocaste del todo.
—¿Entonces no estás molesto conmigo?
—Deja de hacer eso.
—¿Hacer qué?
—Poner esos ojos de cervatillo —frunció el ceño antes de suspirar con algo de frustración. JungKook poseía una dualidad mortal de la cual estaba aprendiendo a aprovecharse. No podía ser que hace menos de una hora le había aflojado el diente a alguien de un solo puñetazo, y ahora se mostrara con cara inocente frente a él, como si no rompiera ni un plato. Sin embargo, no podía negar que una muy pequeña parte de él sí había sentido satisfactorio aquel acontecimiento que los había llevado hasta esa clínica. Después de todo el daño físico y emocional que Jackson le había causado, creía que esto era lo menos que merecía. Bien, quizá no era tan noble como a JungKook le gustaba presumir—. No estoy molesto —alzó su dedo índice—. Pero que sea la última vez, eh. No te quiero ver metido en más problemas.
