Mi Día con Dios

¿Quién dices que soy?

Si Dios nos preguntará ¿Quién dices que soy? ¿Podríamos responder de manera honesta?

—Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?

—Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente —afirmó Simón Pedro.

—Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás —le dijo Jesús—, porque eso no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en el cielo.

Mateo 16:15-17

Jesús no dudaba de su identidad como Hijo de Dios, pero si quería saber la convicción de sus discípulos en Él.

A veces construimos nuestra fe, debido a que buscamos a Dios en un momento de dificultad. Al pasar los años nos alejamos. Y solo cuando volvemos a necesitar de Dios volvemos a creer; eso me ha pasado, y no me siento orgulloso.

Cuando todo va bien podemos cometer el error de pensar que es gracias a nuestras buenas obras, o porque lo merecemos, y cuando empiezan a suceder dificultades o situaciones que no comprendemos podemos pensar que Dios nos ha abandonado y lo peor de todo, pensar que Dios nos ha dejado de amar.

Si tenemos un Dios vivo, ¿Cómo le podemos conocer?

En el libro de Los Hechos de los Apóstoles nos damos cuenta de las maravillas de Dios a través de personas comunes pero que habían estado con Jesús o que creían en su ministerio.

Una respuesta práctica puede ser, mantener una relación personal con Dios.

Dios habita en quienes creen, y lo han aceptado.

¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

1 Corintios 3. 16

Después que Jesús les encomendó a sus discípulos, predicar el evangelio a todo el mundo, les dejo la siguiente promesa:

Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Marcos 16: 17 - 18

Que Dios le bendiga.