Confiar en Dios

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Confiar en nuestro Dios, nos evitará muchas frustraciones y decepciones. Por lo regular siempre buscamos modelos de personas a seguir, padres, profesores, artistas, políticos, jefes, líderes, autoridades religiosas pero en algún momento de la vida nos van a fallar, debido a que son humanos.

8Es mejor refugiarse en el Señor
que confiar en el hombre.
9 Es mejor refugiarse en el Señor
que fiarse de los poderosos.
Salmos 118:8-9

5 Confía en el Señor de todo corazón,
y no en tu propia inteligencia.

6 Reconócelo en todos tus caminos,
y él allanará tus sendas.
Proverbios 3:5-6

Cuando somos adolescentes tendemos a construir expectativas en las personas, confiamos en nuestras autoridades religiosas, suponemos que por el hecho de tener un cargo o título están en otro nivel espiritual y que no se equivocan; pero por diferentes circunstancias nos van a fallar. El enemigo que no desaprovecha oportunidad, usará esos eventos para alejarnos de una congregación.

Nuestro Señor Jesús nos enseñó sobre el perdón.

21 Pedro se acercó a Jesús y le preguntó:

—Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que peca contra mí? ¿Hasta siete veces?

22 —No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—.
Mateo 18:21-22

Perdonar es muy importante, es un proceso difícil pero necesario, y trae beneficios.

Hay un proverbio que debemos tener en cuenta.

No intentes mal contra tu prójimo
Que habita confiado junto a ti.
Proverbios 3:29

Podemos decir que nuestra confianza plena debe ser en Dios.

Amar a nuestro prójimo nos hace vulnerables y eso demanda que generemos confianza, pero debe ser limitada, es decir no perder la mirada en nuestro Señor Jesús. Cuando servimos no debe ser para recibir la aprobación humana sino hacerlo como para Dios, tener en cuenta esto nos evitará frustraciones.

Para finalizar encontramos que hay 2 opciones; confíar en las personas, o confiar en Dios.

5 Así dice el Señor:

«¡Maldito el hombre que confía en el hombre!
¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza
y aparta su corazón del Señor!

6 Será como una zarza en el desierto:
no se dará cuenta cuando llegue el bien.
Morará en la sequedad del desierto,
en tierras de sal, donde nadie habita.

7 »Bendito el hombre que confía en el Señor
y pone su confianza en él.

8 Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto».
Jeremías 17: 5-8

Dios le bendiga 

Mi Día con DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora