Vivir como Jesús

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Ser Cristiano es una bendición, es tener la identidad de un hijo de Dios, saber que hay un Dios vivo y poderoso de nuestro lado, un padre que nos ama y no falla.

En (1 Juan 2: 1–2) el autor nos habla con cariño; como un padre a un hijo, quién es comprensible. Escribe con la intención de que no pequemos pero cuando fallamos, podemos acudir a Dios, a través de nuestro Señor Jesús, quién dio su vida en una cruz por mí, por usted y toda la humanidad para que tengamos perdón de los pecados.

¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. 4 El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad. 5 En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: 6 el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.

1 Juan 2: 3 – 6

En una ocasión le preguntaron a Jesús

—Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?

37 —"Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente" —le respondió Jesús—. 38 Este es el primero y el más importante de los mandamientos. 39 El segundo se parece a este: "Ama a tu prójimo como a ti mismo". 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas.
Mateo 22: 36-40

La palabra de Dios es muy clara, si no hay amor en nuestras vidas, todavía no le conocemos. Podemos decir tener la verdad pero si no obedecemos sus mandamientos vivimos en oscuridad.

9 El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad. 10 El que ama a su hermano permanece en la luz, y no hay nada en su vida que lo haga tropezar. 11 Pero el que odia a su hermano está en la oscuridad y en ella vive, y no sabe a dónde va porque la oscuridad no lo deja ver.

12 Les escribo a ustedes, queridos hijos,

porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo.

13 Les escribo a ustedes, padres,

porque han conocido al que es desde el principio.

Les escribo a ustedes, jóvenes,

porque han vencido al maligno.

Les he escrito a ustedes, queridos hijos,

porque han conocido al Padre.

14 Les he escrito a ustedes, padres,

porque han conocido al que es desde el principio.

Les he escrito a ustedes, jóvenes,

porque son fuertes,

y la palabra de Dios permanece en ustedes,

y han vencido al maligno.

1 Juan 2: 9–14

Dios le bendiga 

Mi Día con DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora