La Real Academia Española en dos definiciones sobre esclavitud menciona lo siguiente:
* Sujeción rigurosa y fuerte a las pasiones y afectos del alma.
* Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación.
Continuando con la historia del joven José, quien fue vendido por su hermanos a los comerciantes ismaelitas.
Lo que se conoce dentro de la historia es que los esclavos eran llevados a una subasta, ahí le examinaban el pelo, las orejas, las fosas nasales, la boca; para saber el estado de salud.
Cuando José fue llevado a Egipto, Potifar, un oficial egipcio de Faraón, capitán de la guardia, lo compró a los ismaelitas que lo habían llevado allá. 2 Y el Señor estaba con José, que llegó a ser un hombre próspero, y estaba en la casa de su amo el egipcio. 3 Y vio su amo que el Señor estaba con él y que el Señor hacía prosperar en su mano todo lo que él hacía. 4 Así encontró José gracia ante sus ojos y llegó a ser su siervo personal, y lo hizo mayordomo sobre su casa y entregó en su mano todo lo que poseía.
Génesis 39:1-4 (LBLA)
Quizas ya no veamos el tipo de esclavitud como en el Antiguo Testamento, pero hay algo que se conoce como esclavitud moderna: Esclavo de una tarjeta de crédito (deudas), por lo que se trabaja incontables horas. Esclavo del comercio sexual. Y hay mas maneras de estar en esclavitud.
Si todavía no has aceptado a Jesús en tu corazón, eres esclavo del pecado. La buena noticia es que tienes la oportunidad de ser libre. Dios no desea que estés en cautiverio, Él ya nos brindó su perdón en la cruz.
En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección. 6 Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado;
Romanos 6:5-6 (NVI)
Si deseas ser libre, solo acepta a Jesùs en tu vida. Puedes hacer la siguiente oración.
Dios mío, reconozco que soy un pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Creo en mi corazón que Jesucristo es el Señor y que es tu Hijo amado. Reconozco que Cristo murió por mis pecados, y que Tú le resucitaste de entre los muertos. Yo abro las puertas de mi corazón y te recibo como mi Señor y mi Salvador, amén.
Que Dios le bendiga.
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Mi Día con Dios
SpiritualFuimos escogidos por Dios antes de nacer, y aunque nosotros le fallamos, Él siempre nos ama y nos recibe con los brazos extendidos. Ser cristiano va más allá de ir a una iglesia o cumplir con un conjunto de normas religiosas. Me gustaría invitarte...