Casco de la Salvación

4 1 0
                                    

Y tomad el yelmo de la salvación, (Efesios 6:17)

El casco era parte importante de la armadura de un soldado, protegía la cabeza, una estación de comando para el resto del cuerpo.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
Juan 3:16-17

La salvación es un regalo.

8 Porque por gracia son salvos por medio de la fe; y esto no de ustedes pues es don de Dios. 9 No es por obras, para que nadie se gloríe.
Efesios 2:8-9

Es nuestra responsabilidad como hijos de Dios ponernos el casco de la salvación.

¿Cómo estoy cuidando mis pensamientos?, ¿estoy siendo receptivo a la voz de Dios?.

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
1 Pedro 5:8

Si el enemigo viene para atacar con la culpa, ¡recuerda!

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17

Y cuando reciba ataques sobre cuestionamientos, ¡recuerde!

4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 5 Destruimos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios; llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo,
2 Corintios 10:4-5

No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento de modo que comprueben cuál sea la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
Romanos 12:2

Debemos cuidar la salvación.

Así que, mis queridos hermanos, como han obedecido siempre —no solo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia— lleven a cabo su salvación con temor y temblor,
Filipenses 2:12

Si usted todavía no ha aceptado a Jesús en su corazón, esta es la oportunidad. Solo debe orar con fe de la siguiente manera.

Dios mío, reconozco que soy pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Creo en mi corazón que Jesucristo es el Señor y que es tu Hijo amado. Reconozco que Cristo murió por mis pecados, y que Tú le resucitaste de entre los muertos. Yo abro las puertas de mi corazón y te recibo como mi Señor y mi Salvador, amén.

Bienvenido a la familia de Dios.

Que Dios le bendiga. 

Mi Día con DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora