Lo que estamos proximos a hacer.

238 16 2
                                    

Louis.

Muevo mi mano hacia delante de mí y tomo entre mis dedos la carta de recomendación que Liam y Zayn hicieron. La observo por un tiempo considerable y tras ver que todo está como debe de ser, la meto en un folder azul con la bandera de Inglaterra de portada, que está perfectamente liso de ambos lados.

-Aparte de la carta de recomendación. ¿Qué otro documento necesitamos presentar? —Pregunto.

Liam engrapa una serie de hojas mientras que Zayn escanea detenidamente otro documento detrás de sus gafas negras de nerd.

-Solicitud de admisión, en formulario especial proporcionado por la Universidad. Un certificado de un organismo competente que acredite salud física y mental. Certificado de la autoridad de educación competente del país donde terminó la enseñanza media, acreditando que el interesado está en condiciones de ejercer un lugar dentro del grupo. Certificado médico que indique la discapacidad de que se trata, su grado y la deficiencia que la provoca. Esta va a ser una buena, escuchen. —Liam hace una breve pausa para escanear el documento en sus manos antes de leer. —Currículum deportivo debidamente documentado, detallando su participación en torneos durante los dos últimos años.  

-No te olvides de que debemos de entregar un certificado de nacimiento completo que incluya el nombre y los datos de ambos padres. —Zayn recuerda y Liam asiente.

-Por supuesto que no se me olvida. 

La poca luz que nos proporciona  la lámpara que cae exactamente en la parte media de la mesa, hace que me maree un poco, así que opto por también sacar mis lentes que, a comparación con los de Zayn, son mucho más modernos.

-¿Qué es lo que tanto me ves? —Él se burla una vez que me pilla viéndolo.

-Nada, absolutamente nada, campeón. —Yo rio, el rueda los ojos y se vuelve a concentrar en lo que sea que esté haciendo.

-¿Harry sabe algo sobre esto? Dime Louis que no has abierto esa bocota. —Liam me mira suplicante.

-No, para nada ¿Qué tan poca confianza depositas en mí? —Le frunzo el ceño.

-No, pero es tu mejor amigo y tú eres el suyo, se supone que se cuentan todo y esto no está en discusión para que le cuentes. —Su voz es severa.

-Lo es y no lo voy a hacer. Te lo prometo. —Me encojo de hombros y tomo otro folder para ordenar más papeles.

En silencio los tres nos pasamos por horas revisamos papel tras papel tratando de revisar que todo esté en orden y no nos falte nada. Parece ser que lo único faltante es el curriculum deportivo, así que eso lo dejaremos al final, ya que estemos seguros que el trato está totalmente cerrado y que nuestro socio en esto nos de la señal para empezar a entregarlos.

-No pensé que fueran a ser tantos papeles ¿Saben? —Zayn suelta un bufido mientras nos paramos de la mesa y caminamos a la salida. Liam es el que lleva el papeleo ordenado entre sus brazos.

-No, ni yo. —Liam repite

-Tampoco yo. —Una voz profunda y ronca me quita las palabras de la boca.

Cierro los ojos con fuerza y cuando los abro, miro de reojo a los otros dos que están congelados como estatuas en su lugar y con el rostro pálido.

-¿Qué es todo este misterio? —Botas resuenan detrás de nosotros y como si los tres fuéramos una sola persona, volteamos y no encontramos con una mata de pelo despeinado seguido de un rostro con facciones duras y con los brazos fuertemente cruzados sobre el pecho. Harry.

Probablemente a ninguno de  ellos dos se les ocurre hablar, lo que está totalmente bien, porque yo tampoco deseo dar explicaciones sobre esto. Se supone que él no tendría que saber nada de nada.

-Estoy esperando. —Se está irritando.

-¿De qué hablas? —De repente Zayn empieza.

-No se hagan los idiotas Zayn ¿Creen que tengo mierda en la cabeza? ¿Qué mierda hacen en un centro deportivo casi a las once de la noche? —Su voz es dura.

-Primero que nada, cálmate. —Liam pide.

-No pidas que me calme cuando ustedes no dicen ni madres para explicarme que es lo que está pasando aquí. 

Es oficial, Harry necesita ir a un centro donde le ayuden a controlar ese maldito temperamento que tiene.

-No pasa absolutamente nada Harry. No es como si estuviéramos firmando contratos aparte de la banda... No tienes nada de qué preocuparte. —Yo por fin hablo.

-¿Oh, enserio? —El casi se ríe. —Sí que estas mal Lou ¿De verdad piensas que me voy a creer esa mierda? 

-No "espero" Harry, esa es la verdad. —Me encojo de hombros. 

-Mientes. —El me corta con voz fría. -¿Qué es lo que tiene Liam en el brazo?

Poco a poco él se empieza a acercar hacia Liam, pero este con tranquilidad lo esquiva y se sitúa nuevamente lejos de él.

-Liam. —El gruñe pero a Liam ni siquiera le afecta el tono de su voz.

-Son papeles de Louis, son sus currículums deportivos. —Explica.

-Es personal. —Yo aporto y cruzo de igual manera mis brazos sobre mi pecho.

-No me digas... -Él me sonríe sarcásticamente. — ¿Saben qué? Si no me quieren decir nada. Es mejor que se jodan en el infierno. —Levanta las manos en rendición y empieza a caminar hacia la puerta de la salida, azotando ambas plantas de los zapatos, haciendo sonidos huecos por los pasillos.

Una vez que el está lejos, donde el ya no puede oír nada... Los tres soltamos suspiros pesados en modo de alivio.

-Maldición, estuvo cerca. —Zayn se cubre el rostro con ambas manos.

-Demonios, si. —Liam tira la cabeza hacia atrás y gruñe.

-¿Estuvo dentro de la habitación todo este tiempo? —Me atraganto por un momento.

-No tengo ni idea, pero... ¿Desde cuándo estuvo ahí? Y ¿Qué habrá escuchado? Ojala y no...

-No Liam, ni siquiera pienses en eso, si él se llega a enterar de lo que estamos haciendo, seguramente nos mandara a la mierda a los tres, o lo que es peor... Habrá más conflictos entre nosotros.

No, Harry no se puede enterar de nada. Él no se puede enterar de lo que estamos próximos a hacer.

Eighteen H. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora