Ato las agujetas de mi tenis y entro a la cancha...
Mis nervios siguen ahí, y no son por mis tres mejores amigos y mi novio que han tomado lugar en las gradas. Mis nervios son porque, desde que Louis me explicó lo que hicieron, él y los chicos, no dejo de pensar si soy lo suficientemente buena para estar aquí. Sé que el venir a jugar a Inglaterra, no estaba entre mis opciones, pero realmente me siento como si esto estuviera bien, como si esto fuera lo correcto.
Kylie corre a mi lado y me dirige una mirada llena de angustia.
Miro nuevamente hacia el grupo de chicas que se agrupan y nos miran a Kylie a mí con el ceño fruncido... Tal vez Kylie tenía razón después de todo.
Entre todas ellas noto a un hombre de piel cobriza. Ryan.
Kylie y yo nos acercamos con lentitud y una vez que estamos junto a las demás, me doy cuenta de que no son tan altas como lo parecen, algunas incluso son más bajitas que yo. Miro a Ryan directamente hacia los ojos, le dedico una sonrisa tímida, pero él no me responde, al contrario, me mira serio.
-Señoritas. –El llama, pero no es a nosotras, es para las demás. –Ella es Kylie, y ella es Meredith. –Simplemente dice. –Y ahora quince vueltas al auditorio.
Muerdo el interior de mi mejilla para no decir nada ¿Qué le paso al Ryan que fue a México?
Todas nos fulminan con la mirada, a excepción de la chica de pelo rizado, ella solo nos ve como si fuera algo cotidiano ver a nuevas jugadoras. Todas dan media vuelta y empiezan a trotar, detrás de ella. Kylie y yo apresuramos el paso y la seguimos.
Después de media hora, que es lo que nos tardamos en darle quince vueltas al edificio, caminamos exhaustas hacia Ryan.
-Balón. –Se limita a decir antes de dar media vuelta y alejarse.
Asiento a Kylie y ella camina hacia la canastilla donde los balones de agrupan, pero para su mala suerte, todas las demás se abalanzan groseramente hacia ella. Ella trata de tomar uno, pero para cuando todo mundo se quita, ya no hay ni uno solo. Ella me mira y rueda los ojos, para después acercarse a mí.
-Son unas hijas de puta. –Gruñe.
Y antes de que diga algo, la chica del pelo largo rizado se acerca a mí.
-Para la próxima, que tu amiga sea más rápida....-Me dice de forma grosera. –Vengan con nosotras. –Ella me dice. ¿Pero qué diablos...
Se da media vuelta y se posiciona frente a su compañera que estudia de arriba abajo a Kylie. Llamo la atención de Kylie antes de asentir hacia la chica prepotente. Kylie niega con la cabeza antes de caminar y detenerse junto a la rubia que lanza el balón hacia la rizada.
Me paro junto a ella y tomo el balón que ella me tiende.
-Destiny. –Dice lo suficientemente alto para que la escuche.
-Mer...
-Se perfectamente quien eres. –Me interrumpe. –La chica de Yale. –Tararea con arrogancia fingida. ¿Quién diablos se cree que es para tratarnos así?
-Entonces estoy en desventaja, yo no sé quién eres. –Le contesto y una de sus pobladas cejas, se dispara hacia el cielo. Lanzo el balón hacia Kylie.
-Bueno, solo para que te quede claro. –Me encara.-Aquí. Soy la capitana del equipo.
Diablos... se toma muy enserio su papel.
Me limito a fruncir los labios y a rebotar el balón sobre la suela del piso.
-Y si no te gusta, puedes empezar a pedir tus papeles. –Articula.
Miro a Kylie, su ceño se frunce y esta roja como un tomate. Lo cual me dice que a ella tampoco le está hiendo bien.
Me quedo callada y sigo con el pre calentamiento.
Después de unos minutos, Ryan nos llama y todas nos situamos frente a él.
-Meredith. –El me llama y yo en automático lo miro. –Tres. Kylie, dos. Vamos a ver si realmente son tan buenas como aquel día.
¿Qué?
Lo miro confundido y el me rueda los ojos.
-La cancha. Posiciones... ¡Ya!
Su grito recorre mis terminaciones nerviosas y corro, junto a Kylie hacia la cancha, tomando nuestro lugar en ella.
Destiny me mira con el ceño fruncido.
Miro en dirección hacia los chicos, recordando que estuvieron todo el tiempo ahí.
Liam lleva su Hot Dog hacia su boca, y de un bocado, devora la mitad, los otros cuatro hacen lo mismo.
Una vez que las doce chicas correspondientes, están posicionadas dentro de la cancha, Ryan lanza un balón al aire. Y es ahí donde todo comienza...
'Exactamente a las dos de la tarde, Kylie, los chicos y yo estamos subiendo nuevamente a las camionetas, pero antes de que tome asiento, ahora, en el del copiloto, escucho el grito de una chica.
-¡Meredith! Espera. –Destiny llega corriendo hasta donde estamos.
-Ah... Hola. –Me limito a decir.
-Solo quería decirte que lo hiciste muy bien. –El fantasma de una sonrisa se asoma por las comisuras de sus labios.
Esas ganas de arremeter contra su bonito rostro...
-Te subestime. –Ella me dice antes de dar media vuelta y alejarse.
-Gracias. –Le digo lo suficientemente alto para que me escuche.
Cierro la puerta a mi lado y subo el zipper de mi chamarra hasta tocar mi barbilla. Zayn prende la calefacción y sigue al automóvil que conduce Liam.
-Es que son unas hijas de perra, y hablo malditamente en general. Nadie, ni siquiera Jhon me ha tratado de esa manera. –Gruñe -"Quiero el balón muy pegado a la red" "Levántala más" "Esquer tú no eres lo suficientemente buena" –Kylie copia la misma voz de Julliet, la central del equipo.
-Kylie cálmate. –Zayn se ríe.
-¡Nada de cálmate! –Le grita. –Esas son unas mal nacidas, y lo único que están haciendo, es provocarme cada vez más... Voy a llegar al grado de sacarle un diente a alguien.
Zayn suelta una carcajada y se estaciona detrás de la camioneta de Liam y frente a un restaurante de comida italiana.
-Bueno chicas, el protocolo ya se lo saben. –Zayn nos dice, ahora un poco más serio, mirando hacia la calle, donde un par de fotógrafos se abalanzan sobre Louis, Liam y Jhon. –No hablo, no sonrio, y no maldigo ¿De acuerdo?
Kylie y yo asentimos y salimos del automóvil.
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¡Chicaaaaaaas! Este, este, este es el capitulo antes de que Harry y Meredith se encuentren. ¡Ya quiero escribir cosas sucias! Asi que comenten (Pero enserio haganlo por que si no, no lo subo) demasiado para que me inspire. JAJAJAJAJA! Las amo y para las que ya lo olvidaron #TEMO.
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Eighteen H. S
FanfictionContinuacion de "Fourteen" Cada cabeza es un mundo... Y todo mi mundo se me viene abajo cuando decido quererme un poco y ponerme a mi en primer lugar, y a él... hasta el final. Este es nuestro propio infierno hecho a la medida.