Te quiero.

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 Me quedo perpleja, sin aliento, la cabeza me da vueltas y el corazón me palpita demasiado rápido. ¿Qué es lo que acaba de decir?

"Cásate conmigo Meredith."

Matrimonio.

Anillo.

Compromiso.

Fidelidad.

Juntos para toda la eternidad.

Yo vestida de blanco y el de negro.

-¿Qué? –Digo con voz casi audible.

-Cásate conmigo. –Una sonrisa tímida se dibuja en su rostro. Por dios Harry... -Sé que es repentina y, poco romántica mi proposición, pero si me dices que Si, prometo poner el mundo entero a tus pies, Meredith. Prometo cuidarte y estar a tu lado en la salud y en la enfermedad. Atesorarte y honrarte toda mi vida. –Me toma de las manos. -Por qué sé que tú eres la indicada y quiero pasar toda mi vida a tu lado.

Al final de su pequeño discurso me mira anhelante.

Todo esto es tan súbito. Es posible que después de todo este centenar de palabras y promesas, llegue al colapso emocional.

¿Es que, como es posible que después de estar meses separados, incomunicados, y posiblemente odiándonos el uno al otro; de pronto me vuelva a ver y decida que quiere pasar la vida entera conmigo?

No quiero darle un No por respuesta, pero tampoco se bien que es lo que realmente quiero. Aun.

¡Demonios! Le amo.

Yo sé que este hombre es el hombre y dueño de mi vida, de eso no cabe duda. Pero... Tengo dieciocho años. ¡Casi diecinueve! Aun ni siquiera voy a la mitad de mi carrera. Hay demasiados pros y contras sobre todo esto.

-Harry....yo... -Me rasco una ceja y lo miro directamente a los ojos. Harry frunce el ceño y al parecer se piensa mejor las cosas.

-Sé que te he dado tanto en que pensar y te estoy agobiando con todas mis palabras. ¿Pero es que, en que momento lo hago, amor? Jhon no te quita los ojos de encima, Taylor quiere monitorear cada movimiento que hago... Y realmente necesitaba sacarte todo esto a luz, para que entendieras y te dieras cuenta de que...

-¿Darte cuenta de que, Harry? –Una mano pesada se posa sobre mi hombro y me atrae protectoramente hacia sí.

Jhon.

Miro a Harry sobre la ligera brisa que se propaga sobre nosotros.

Sus delgados y azulados labios sin vida, se han vuelto una dura línea. Su mandíbula se tensa visiblemente. Y cambia su postura relajada que tenía conmigo. Se endereza, tratando de parecer aún más alto de lo que ya es. ¡Por dios Styles, eres más alto que Jhon, déjalo ya! Y su mirada se obscurece.

-De la maravillosa chica que tienes por novia, Sanders... -Harry masculla.

-Es bueno saber que lo reconoces. –Dice burlón Jhon y yo le miro con la boca abierta, incrédula. Jhon por lo general no suele concursar en las olimpiadas de "Quien mea más lejos"

-Créeme que lo hago. –Se ríe Harry. Una risa fingida.

-Bien. –Asiente Jhon. –Qué bueno que apareciste, nos tenías a todos preocupados. –Ladea la cabeza. –La próxima vez que lo hagas trata de que no sea en un día muy lluvioso.

-Lo tendré en cuenta. –Harry le dedica una sonrisa arrebatadora, enseñándole toda esa dentadura perfecta y bien cuidada.

-¿Vamos? –Ahora Jhon me dice a mí y hace ademan de caminar hacia el lobby.

-En un momento más voy, ¿de acuerdo? –Le digo de la forma más calmada. No quiero pelear con él, no ahora.

-De acuerdo. –Me dice de forma seca. Jhon tensa la mandíbula y de mala gana le da una última mirada de advertencia a Harry, antes de alejarse.

-Es un imbécil. –Espeta Harry y yo arqueo una ceja en desaprobación. -¿Qué? ¿Dije algo malo? –Dice burlón.

-Ya has hablado mucho por hoy. –Le dirijo una mirada llena de diversión. Harry sonríe con afecto.

-Me encanta y me vuelve loco el brillo de tu mirada. –Su mirada se pierde en la mía y mi interior se regocija ante sus dulces palabras.

-Me quieres comprar con palabras. –Niego con la cabeza y el suelta una autentica carcajada.

-Por supuesto que no lo hago, Señorita Fallas. –Aún se ríe.

-Claro que lo hace, Señor Styles. –Me burlo.

Sonríe nuevamente, pero esta vez no enseña los dientes.

Harry se queda pensativo un tiempo y mira a su alrededor, luego hacia el cielo. Por un momento cierra los ojos y deja que las gotas de lluvia caigan directamente a su rostro.

Me puedo perder momentos aquí parada, mirándole y apreciando lo maravilloso que es tener a alguien como Harry Styles en mi vida. Le quiero, le amo. Me vuelve loca su manera de ser. Amo como me mira. Amo como se pierde en las letras de la canción. Amo su forma de hablar tan, a veces, sarcástica. Amo como sus pestañas, maravillosamente largas; casi tocan sus cejas. Amo la forma en la que sus labios tan delgados se aprietan cuando esta disgustado con algo. Me encanta como su entrecejo se frunce cuando esta tan concentrado en algo. Amo como es conmigo, y amo la forma en la que yo soy cuando estoy con él.

Es cierto que me puede llegar a poner tan, pero tan nerviosa, tan cohibida, tan tímida... Pero jamás incomoda. Con el puedo ser quien no soy con las demás personas.

-¿Quieres hablar de esto mañana por la mañana? –Me dice sacándome de mis pensamientos.

Lo miro y el me está mirando expectante, casi ansioso.

-Me parece perfecto. –Le digo sin más.

Sonríe con ternura antes de caminar lentamente hacia mí, y nuevamente plantarse a centímetros de mi cara.

Escanea lentamente mi rostro.

-Te quiero, Meredith. –Me dice. Y eso se escucha de la forma más sincera... –De verdad, no hay nadie más en este mundo que te quiera, te adore, te admire y te respete de la forma en la que lo hago. Eres lo más increíble que me ha pasado y créeme que en verdad, en verdad, en verdad, eres lo más importante hoy por hoy que tengo en mi mundo.

¡No dios no! ¿Por qué? Mi subconsciente chilla.

Es por eso que caigo tan rápido, siempre con el de la misma manera.

Yo pienso que cada quien tiene esa persona en su vida a la que siempre le va a perdonar las cosas, así le haga el daño más grande de la vida... Ahí van a estar tratando de intentar y arreglar las cosas nuevamente con él o ella. ¿Por qué? Simplemente porque las quieren y tienen Fe de que al final todo va a resultar como esperaban y por fin serán felices para siempre.

Harry Styles es esa persona.

-Yo te quiero aún más Harry. –Le digo armándome de valor y de la forma más sincera posible.

Eighteen H. SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora