Eighteen H. S

Te lo ganaste.

Después de media hora, ya que el reloj marca casi las ocho y media de la noche, es cuando ya estoy terminando de firmar los papeles. Lilie me indica que soy una de las primeras chicas en venir a registrarme, y que ayer por la mañana se apareció una mexicana, que juraba conocerme y que venía con su lindo hermano. Kylie.

-¿Entonces eso es todo? –Louis extiende su mano hacia ella y Lilie la toma con delicadeza.

-En lo que respecta a los papeles... Si, Meredith tiene que presentarse dentro de una semana aquí, bueno, no exactamente aquí. Junto a estas instalaciones hay otro complejo, me imagino que ya saben de cual estoy hablando, es decir, tiene un letrero enorme en la entrada. –Se ríe nerviosamente.

-Estaremos por aquí entonces. –Él le sonríe a ella y ella se ruboriza.

-Hasta luego Lilie. –Me despido antes de salir.

El frio golpea mi cuerpo y yo instintivamente me cubro detrás del cuerpo de Louis.

-¿Hace frio no? –El resalta y yo rio.

-Obviamente. –Me burlo.

Ambos nos dirigimos a su camioneta, y una vez ahí, el enciende la calefacción y hace rugir el motor, antes de tomar la pista hacia el noroeste y girar hacia la derecha, para tomar la avenida de Cromwell.

-¿Y si te ubicas aquí? –Louis pregunta.

-Pues las señales de las calles me ayudan mucho. –Le explico y el asiente.

-Tenemos mucho de qué hablar, querida amiga. –Él me dice y me da una mirada fugaz.

-Por supuesto que lo tenemos Louis. –Articulo con la mirada perdida en la ventana.

Louis se detiene en un lugar con un extraño nombre, donde venden pizzas. Pingroom.

-¿A la princesa se le apetece una rebanada de pizza? –El pregunta.

-Of course commoner. –Le digo y el niega con la cabeza divertido.

Entramos rápidamente al establecimiento por que el frio es demasiado intenso, y tomamos lugar en una mesa del fondo. Louis ordena una pizza con nombre extraño y al cabo de unos cuantos minutos, el mesero que nos tomó el pedido, se acerca con una pizza tamaño mediano a nuestra mesa.

-No es como si me fuera a comer toda. –Anuncio.

-¿Quién dijo que era toda para ti? –Alza las cejas y toma un pedazo. Le sigo.

Masco con lentitud, tratando de pensar en cómo voy a empezar a decirle que lo que hizo estuvo completa e idiotamente mal.

-¿Cómo diablos conseguiste todos mis papeles Louis? –Le suelto de golpe, el traga duro.

-Bueno, pues, no solo fui yo, tuve un poco de ayuda. –Hace una mueca.

-¿Hay alguien más involucrado en esto? –Le dirijo una mirada dura. –Dime quienes.

-Quiero que quede claro que lo hicimos con las mejores intenciones Meredith, no te enojes, por favor. –El suplica.

-Primero habla y ya veré si me enojo o no.

Louis toma una muy profunda respiración y me mira a los ojos antes de empezar a contarme a detalle lo que en realidad pasó:

-Sé que el tema de Harry te trae malos recuerdos, pero lo que tú no entiendes, es que muy aparte de que ustedes dos se dejaron de ver, nosotros, y estoy hablando de Liam de Zayn y de mí. Niall es otro asunto, luego te voy a explicar eso. –La piel se me pone de gallina con la mención del nombre de Niall. –Nosotros tres te seguimos considerando como una de nuestras mejores amigas, y sabes que los amigos están para ayudar, por eso hicimos lo que hicimos.

Suspira con pesadez antes de seguir.

-Liam, Zayn y yo creamos un plan hace unos meses, no sé cómo diablos se nos ocurrió. –Se ríe. -¿Recuerdas cuando hablamos por teléfono? ¿Qué te dije que no podíamos hablar contigo porque eso afectaba emocionalmente a Harry, si él se llegaba a enterar? –Asiento. –Bueno, pues era una mentira gigante y estúpida. No queríamos que sospecharas lo que estábamos haciendo con eso de los papeles, porque se vería extraño que de vez en cuando te llamáramos y te preguntáramos: ¿Qué tipo de sangre tienes? ¿Cuándo fue la primera vez que jugaste voleibol? ¿Tienes alergias? ¿Menstruas con regularidad? –Hago una mueca con desagrado y suelta una carcajada. –El punto es que nosotros no podíamos hacer eso, seria trampa, así que decidimos investigar y tener aliados en México. –Lo miro con curiosidad y la rueda los ojos. –Eso también tengo que explicártelo. –Ríe. –Bueno, cuando tuvimos casi el cuarenta por ciento de tu información personal, decidimos que era hora de llamar a alguien... Y ese alguien es Sean. –Medio sonríe.

-¿Pero qué diablos estaban...

-Aguarda un momento querida. –El pide. –Desde ahora todo va a tomar sentido. –Asiente. –Sean convoco a varias chicas para un partido de exhibición, porque nosotros se lo ordenamos. –Mi boca se seca. –Después del partido, el primer entrenador que se te acercó fue Ryan ¿Cierto? El que lleva a la selección británica -Asiento lentamente. –Su hija fue compañera de Liam. –Me explica.

-Louis te das cuenta, de que ahora que me estas explicando todas estas cosas... Me empiezo a dar cuenta de que no puedo lograr nada por mí misma. ¡Todo esto estuvo arreglado! –Le gruño sintiendo la picazón en mis ojos.

La rabia y el enojo se arraigan en mi sistema, y dudo que sea fácil sacarlos de ahí.

-Cálmate. –El me pide, pero es imposible hacerlo. –No todo estuvo arreglado, déjame que te cuente el resto, así es como me vas a entender. –El pide y yo niego con la cabeza, dudando si en realidad quiero escuchar lo demás. –Nosotros nunca planeamos que las personas, que eran los entrenadores de los diferentes países, se te acercaran y de comentaran de proyectos tentadores. –El señala con un dedo su punto. –Nosotros nunca planeamos que te aceptaran en el equipo mayor de la selección. –Señala con otro. –Nosotros solo dimos los papeles de admisión y le hicimos un breve comentario de que eras muy buena jugando. Pensamos que el hablar seriamente y prometerle cosas al entrenador, sería demasiado egoísta y narcisista de nuestra parte. Tú te lo has ganado. Cuando tuvimos la audiencia con el entrenador, porque nos dieron una, le mostramos algunos videos tuyos, por cierto, Zayn y tu madre te grabaron un par de veces. –Él se ríe. –Ryan los vio y fue así como acepto ir hasta América, buscarte y tratar de reclutarte. Tú te lo ganaste Meredith, lo único que nosotros hicimos fue apoyarte, como siempre lo hemos hecho y como siempre lo haremos.

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